Hace pocos años, el Ejército Mexicano abrió sus puertas a las mujeres. Un proceso que no ha resultado sencillo para los varones, pues estaban acostumbrados a otra convivencia. No obstante, la realidad es fomentar la igualdad y equidad en las actividades castrenses.

Por lo tanto, han modificado su manera de interactuar, de expresarse y hasta sus hábitos. En contraste, para las mujeres ha sido un proceso más sencillo y se han sentido cómodas y respaldadas.

Un militar del campo de entrenamiento en Mazaquiahuac, Tlaxco, compartió que con la llegada de las mujeres se vieron en la necesidad de modificar sus hábitos.

Cuando nos tocaba entrar a trabajar llegábamos vestidos de civil, traíamos nuestro uniforme en una mochila y nos cambiábamos delante de todos, no era mal visto entre los compañeros, pero con la llegada de las mujeres tuvimos que irnos al baño, ya no podíamos hacerlo delante de todos, otros optaron por llegar con su uniforme y evitar este proceso, ha sido complicado, pero a todo nos adaptamos, dijo.

Además, la convivencia ha sido distinta y el lenguaje, pero no por hacer a un lado a las mujeres o discriminarlas, más bien se trata de respeto e integración.

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GRAN EXPERIENCIA PARA MUJERES

Para las mujeres el proceso ha sido más sencillo. Desde su llegada a las Fuerzas Armadas las instalaciones han sido modificadas y adecuadas.

Al respecto, Kenia Alejandra Galván Ruiz, subteniente y segundo comandante de pelotón de intendencia del Quinto Regimiento de Caballería Motorizado, compartió sentirse cómoda como militar, pues lo que vale es el trabajo y las ganas de hacer las cosas, lo que determinará hasta dónde quiere llegar cada mujer.

Precisó que el trato y exigencia son las mismas, no hay favoritismos o trabas, tampoco les dan motivos para sentirse inseguras, pues la ideología implementada en las Fuerzas Armadas es de cero tolerancia al acoso y hostigamiento sexual, acciones que son severamente castigadas y regidas por los reglamentos internos.

Mencionó que han logrado una igualdad y equidad de género en el Ejército, brindando las mismas oportunidades para hombres y mujeres, lo cual sigue forjándose, pues es un proceso que requiere tiempo, adiestramiento y experiencia para alcanzar diversos cargos o servicios de alto rango.

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Recordó que en 2007 se abrió, por primera vez, la puerta a las mujeres en la Escuela Militar de Aviación, Heroico Colegio Militar y otros espacios que eran exclusivos para varones.

Destacó que el proceso ha sido muy reciente y poco a poco han visto los cambios y los varones no estaban acostumbrados a la presencia femenina, pero mediante cursos, pláticas, estudios, análisis e investigaciones han corregido conductas y logrado una mejor adaptación.

En su experiencia, dijo que su estancia en el Ejército le ha permitido desarrollar habilidades que no conocía, incluso ha realizado las mismas actividades físicas, ideológicas o culturales que los varones, lo que le permite dar su máximo potencial.

Finalmente, destacó que los cambios más drásticos en infraestructura han sido en dormitorios y baños, pero también en la implementación de un Centro de Educación Infantil que permite a padres y madres de familia ingresar a sus hijos para no interrumpir su trabajo.

• Las Fuerzas Armadas cuentan con un organismo interno de control, que es la Dirección General de Derechos Humanos encargada de atender temas de acoso y hostigamiento sexual, discriminación, abuso de autoridad y otras faltas.

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