El muérdago se ha convertido en un “enemigo silencioso” de los bosques de Tlaxcala, debido a que la planta parásita provoca la muerte de los árboles sin que exista un mínimo control por parte de las autoridades ni de pobladores.
De acuerdo con el investigador del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), Vidal Guerra de la Cruz, los muérdagos se establecen en las ramas de los árboles e invaden el tejido interno de sus hospederos, para tomar sus nutrientes y sustancias y hasta secarlos.
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Información generada por el INIFAP refiere que actualmente existen 10 géneros de muérdago y alrededor de 150 especies; no obstante, las coníferas son afectadas principalmente por cuatro géneros que son el denominado Arceuthobium, mejor conocido como muérdago enano, así como el Psittacanthus, Phoradendron y Struthanthus conocidos como muérdagos verdaderos.
Este tipo de plantas, cuando llegan a ser excesivamente abundantes, matan a los árboles hospederos, los muérdagos verdaderos suelen parasitar a árboles de hoja ancha como los álamos y capulines con presencia en los suburbios, principalmente.
Por su parte, el muérdago enano parasita a los árboles de hoja delgada, como los pinos con hoja de aguja -por ejemplo-, y que en su mayoría están ubicados en los bosques de Tlaxcala, Tlaxco, la Malinche, Terrenate y Calpulalpan, principalmente a las coníferas, como son los pinos y oyameles, especies en las que esta planta parasitaria gusta florecer.
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SIN DIAGNÓSTICO DE DAÑOS, PLAGA INVADE MÁS BOSQUES
Actualmente, en Tlaxcala no existe un diagnóstico real de los daños que ha causado el muérdago, aunque cada vez invade más zonas boscosas, situación que se vuelve preocupante por los efectos que causa.
De acuerdo con el investigador Vidal Guerra, los reportes observados en los bosques de pino y oyamel muestran que cada vez la presencia de la plaga es más notoria, pues no solo ataca a especies viejas sino a los renuevos, que crecen infectados.
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La situación provoca que los bosques de pino en el futuro sean más vulnerables, enfermos y débiles, especies que proliferan en la Malinche, Tlaxco y Calpulalpan.
Guerra de la Cruz sostiene que no pueden tener un panorama real de los alcances que ha tenido la plaga en los bosques de Tlaxcala, pues a la fecha no cuentan con un diagnóstico real de las afectaciones generadas.
Explicó que en el caso del INIFAP solo cuentan con una propuesta de combate para la infestación en la Malinche donde han detectado un problema persistente y de muchos años; sin embargo, no la han podido concretar debido a la falta de recursos económicos.
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La propuesta es de intervención, pero es necesario hacer una inversión para la evaluación, diagnóstico y atención de la zona contaminada, así como las medidas de control, proyecto que no ha podido ser concretado.
Con relación a las otras regiones forestales, Vidal Guerra comentó que existe interés por atender la zona, pero no han resuelto las acciones a emprender.
Enfatizó que este es un trabajo en el que deben involucrarse los gobiernos federal y estatal con la liberación de recursos, además de los ayuntamientos que deben contar con medidas ambientales, pues las regiones urbanas y rurales también se ven afectadas por la plaga.
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CONTROL DE PLAGA DEFICIENTE
Los efectos empiezan a ser evidentes, pues en el caso de las ciudades una especie que está en peligro es el árbol de capulín, por la infestación el árbol frutal cada vez cuenta con menos ejemplares comprometiendo su existencia.
Aunque existen acciones para controlar la expansión del muérdago, estas no han sido suficientes. La principal es a través de la poda de los árboles, pero el hacerlo incorrectamente nulifica todo esfuerzo, pues al quedar un rastro de la plaga en el árbol hospedero ésta se vuelve a expandir.
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Tal situación es calificada por el investigador del INIFAP como grave al sostener que “si no se toman medidas adecuadas vamos a perder muchas especies de árboles, con esto, que es gravísimo, por ejemplo, el capulín que es una especie nativa y ya no es tan común en los paisajes de Tlaxcala”.
Aseguró que este caso ya se puede considerar un conflicto ambiental, pues los árboles que se van perdiendo alimentan a otras especies, en su mayoría aves, por lo que su desaparición puede generar consecuencias ambientales y económicas.
Si bien existen técnicas y productos para combatir el muérdago, no todos tienen la efectividad deseada, en el caso de productos químicos inyectados a los árboles no funcionan en todos los casos.
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Además, estos productos no son recomendables en todos los casos, principalmente en los que son comestibles pues pueden provocar alteraciones en los alimentos o afectar a las aves.
La poda, que es considerada un control mecánico, ayuda pero tiene que hacerse con oportunidad, pues en ocasiones se realiza a destiempo lo que da oportunidad a que el muérdago fructifique y se propague en otras regiones, pues al generar frutos permite que las aves puedan trasladar las semillas a otras regiones y con esto la infestación crezca.
Además, de no hacer una poda correcta, la planta parasitaria tiene la particularidad de rebrote, pues no solo basta quitar la parte afectada sino fijar un perímetro para garantizar que el ejemplar quedará limpio.
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POCAS ACCIONES PARA EL COMBATE DE LA PLAGA
A la fecha, en Tlaxcala no se cuenta con una estrategia formal de combate del muérdago, hace un par de años la Comisión Nacional Forestal emprendió una campaña de control manual con el apoyo de sus brigadas, con resultados mínimos.
El trabajo fue centrado en zonas rurales y urbanas, con poco impacto, pues de acuerdo con el investigador del INIFAP la estrategia tendría que ser permanente, bien estructurada, organizada e implementada.
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Al no tomarse acciones oportunas en un futuro no muy lejano tendrán que tomar medidas drásticas como cortar árboles o cambiar especies, y con esto alterar notoriamente el paisaje.
Es el caso del árbol de capulín, que tendrá que ser recuperado a través de la proliferación de semillas y la implementación de programas de producción de la planta para reintroducirlo en el estado.
COSTO SERÍA APEGADO AL BENEFICIO AMBIENTAL
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El investigador Vidal Guerra reconoce que el control de la plaga puede llegar a ser costoso, debido al nivel de avance que tiene al no existir una prevención y dejar que el problema siga creciendo.
Pero la inversión, sostiene, no puede ser definida hasta el momento ya que no cuentan con un diagnóstico preciso del número de árboles contaminados, en qué zonas están ubicados, qué superficie es la afectada y en qué regiones está más definida.
Estos datos se vuelven primordiales para establecer el número de brigadas que darán atención, durante qué tiempo y el tipo de acciones a implementar de manera adicional.
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Dejó claro que el costo es acordé al beneficio ambiental a alcanzar, ya que para muchos este tipo de actividades les pueden resultar elevadas en inversión al no estar acostumbrados a darle tratamiento a un árbol.
CONSECUENCIAS AMBIENTALES
La plaga genera diversas consecuencias ambientales, por ejemplo, de los árboles dependen otras especies y al no contar con ellos estas son desplazadas, lo que genera un cambio en la composición del entorno y afecta a los animales que los rodean.
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A esto se suma la ignorancia en materia ambiental, pues muchas ocasiones para suplir una especie se exportan de otras regiones, incluso exóticas o de otros países, provocando que las especies nativas sean desplazadas.
EL PROCESO DE REPRODUCCIÓN
El muérdago, como muchas especies vegetales, es reproducido a través de una semilla que da origen a una plántula, que al ser adulta da una flor que es la encargada de fertilizar la semilla.
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La semilla es trasladada por aves al ser consumida, que al pasar por su tracto digestivo al defecar permiten la germinación, planta que al crecer invade el tejido interno de la rama del árbol hospedero.
LAS AFECTACIONES
El muérdago enano está concentrado en algunas regiones de la Malinche, sobre todo en las partes bajas, afectando árboles de pino y ocote.
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TRES CLAVES SOBRE EL MUÉRDAGO
- El muérdago toma en promedio de uno a dos años para secar a su árbol hospedero, si es muy fuerte la infestación en un año ya se notan los efectos negativos
- Cuando un árbol es vigoroso o grande aguanta hasta dos años o tres para secarse
- Al morir las ramas, el hospedero de la planta ya no tiene capacidad de fotosíntesis, que es lo que provoca su muerte
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La plaga también puede ser apreciada en la región de Calpulalpan, Nanacamilpa y Tlaxco, además de zonas urbanas, áreas rurales y campos de cultivo.