Fervor y pasión mostró la feligresía de Totolac durante la procesión de este 24 de junio en honor a San Juan.
Los tahoneros quemaron 10 gruesas de cohetes de arranque en la fiesta patronal a lo largo de 10 kilómetros en la procesión al Santo Patrón que fue cargado por decenas de hombres intercalados por varios lapsos.
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La multicolor fiesta religiosa de Juan -el que bautizó a Jesús el hijo de Dios- comenzó la víspera de este lunes, los feligreses cantaron al unísono.
Después de la misa, que tuvo lugar a las 20:00 horas del domingo, los fieles católicos dieron paso a la visita a los hogares de las familias como cada 24 de junio.
El cielo se iluminó con cientos de globos de Cantoya que los organizadores lanzaron; al dejar de llover durante la noche nublada, permitió que se llevara a cabo la acción de fe.
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La imagen de San Juan fue descendida del altar principal para salir en elegante túnica de piel de camello, sobre un nicho de madera.
La gente se dirigió primero por el barrio de Atzinco, hacia el Chamizal-Las Nieves y después sobre la carretera federal hasta Zaragoza.
De regreso al barrio de Tepetlapa donde la detonación de cohetes, bombas y cascadas despertó a los vecinos que se sumaron a la festividad.
El sonido del teponaxtle, -característico en la población donde están asentados tres señoríos de la antigua República de Tlaxcala- anunció el paso de San Juan, el bíblico que pereció decapitado. En pleno ascenso sobre la calle México el cansancio comenzó a resentirse entre los católicos, alrededor de las 02:00 de la madrugada.
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Una ligera lluvia comienza a caer, pero la fe -que mueve montañas, dice la Biblia- fortaleció a los peregrinos que cantaron las “Mañanitas” con música de banda y de mariachi.
La lluvia se alejó del lugar con las detonaciones de pólvora. La calle Reforma fue la más vistosa en sus arreglos y cascadas de luz artificial.
El arte efímero fue plasmado frente a las viviendas, se organizaron en una muestra de tapetes de lo que será el 15 de agosto en la “Noche que nadie duerme” de Huamantla.
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Se trata de la fiesta religiosa más importante que organiza el pueblo de Totolac y para ello cada jefe de familia aporta 300 pesos. Hombres, mujeres y hasta niños participan en el recorrido nocturno durante siete horas.
El 15 de enero, San Juan recibe a las imágenes de los pueblos vecinos, mientras que la población invita a su conocidos al tradicional mole.
Sin embargo, la fiesta de junio en honor a San Juan está llena de amor pues la gente no duerme. Como José Miguel N., de 10 años de edad, quien participó durante toda la procesión. ”Estoy muy desvelado, mañana no iré a la escuela, qué bonita fiesta”, expresa a su progenitora.
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Y efectivamente, cada año, esta fiesta religiosa toma un poderoso arraigo entre la comunidad para venerar a San Juan. Esta vez el Dios Tlaloc permitió todo.
- El sonido del teponaxtle, -característico en la población donde están asentados tres señoríos de la antigua República de Tlaxcala- anunció el paso de San Juan.