Amenaza tala a las luciérnagas

EN NANACAMILPA YA NO HAY CENTROS Y GUÍAS PIRATAS

JESÚS ZEMPOALTECA

  · lunes 9 de abril de 2018

Enrique Espejel, encargado para el cuidado del santuario de la luciérnaga señaló que el fuego y la tala clandestina son factores de riesgo para el insecto / Jesús Zempoalteca

Los incendios y la tala clandestina son una constante amenaza para el santuario de las luciérnagas en Nanacamilpa, insistió Enrique Espejel, encargado para el cuidado del tabernáculo de aquellos insectos.

Entrevistado en la capital, detalló que en la pasada temporada de incendios se presentaron varios en zonas de santuarios, por lo que su organización, acompañados de voluntariado acudieron a extinguir las llamas y afortunadamente no abarcaron árboles adultos.

En cuanto a la tala clandestina, precisó que es un delito del fuero federal (sobre todo porque el bosque de las luciérnagas se encuentra protegido) y no pueden intervenir en eso, así que es una tarea que le concierne directamente a la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente.

Eso sí, aceptó que la explotación del bosque es por prácticas tradicionales, arraigadas desde hace muchos años y que a la gente adulta le resulta costoso despojarse de ellas.

“Son costumbres arraigadas en la localidad, pues anteriormente al explotar el monte obtenían remuneración y ahora a la gente grande ya no le interesa, como a la juventud, cuidar el bosque y las especies que en ella habitan”, sentenció.

Luego, insistió que Nanacamilpa vive otra dinámica de cuidado al ambiente, “pero no es fácil combatir la mentalidad de la gente grande y mucho menos desprenderla del recurso monetario del que anteriormente se hacía a través del uso y explotación del ecosistema”.

Detalló que el Santuario de las Luciérnagas lo comprenden 26 centros de avistamiento, pues tan solo el ejido de San José, -espacio que representa- abarca dos mil 700 hectáreas, más 700 de Lira y Ortega.

Finalmente, Enrique Espejel declaró que realizan trabajos de concientización y capacitaciones a los prestadores de servicio, por lo que ahora ya no hay centros y guías “piratas”, pues se han organizado para cuidar esas malas prácticas.

  • Son al menos 200 guías de turistas certificados, quienes tienen la encomienda de controlar el turismo de masas, pues según Enrique Espejel, la gente no le interesa cuidar los espacios de la luciérnaga, solo llegan y destruyen.