Debido a la falta de lluvias, la producción de nuez de castilla en Teolocholco se atrasó hasta por un mes, lo cual representó pérdidas económicas para quienes se dedican a su cultivo y cosecha, aseveró Hamlet Robles Sánchez, de la asociación civil “Productores del nogal Teolocholco y Tlalohcan”.
Refirió que cada año recolecta en la primera semana de julio, pero este 2023, por las condiciones climáticas de sequía y los calores intensos, los árboles no desarrollaron el fruto a su ritmo habitual; lo dieron hasta 30 días después.
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Detalló que la pérdida fue económica, porque generalmente las primeras nueces comercializadas registran un precio elevado, pero este año no recogieron producto y en el mercado local se comercializó la nuez poblana. “Un arbolito da en promedio unos cuatro millares de nuez, estamos hablando que cada ciento al inicio de temporada se vende entre 280 a 350 pesos, multiplicado por los cuatro millares, si es una cantidad alta la que perdimos... Ahora los precios bajaron por la competencia de la nuez traída de Puebla, la cual desde el inicio de temporada acaparó el mercado”, insistió.
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La producción en la entidad regularmente inicia a principio en la primera semana de julio y termina a mediados de septiembre, pues en esa fecha todavía algunos árboles tardíos siguen produciendo, eso les genera esperanza de recuperación.
A la fecha, sostuvo Robles Sánchez las precipitaciones registradas han incentivado la proliferación del producto, es decir, ya se estabilizó la maduración en los árboles y las cosechas van en aumento.
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Actualmente el ciento de nueces pequeñas vale 170 pesos, mientras que la nuez grande ronda los 250 pesos por 100 piezas, mientras, la avellana pelada alcanza precios de 500 pesos.
Quienes deseen adquirir el fruto seco en Teolocholco pueden visitar a Hamlet Robles en la calle Mariano Matamoros, número 15, Segunda Sección o preguntar por productores de ese municipio, pues hay varios dedicados a esa actividad.
DATO CURIOSO
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La forma de la nuez de castilla asemeja a un cerebro humano, por ello, los antiguos griegos y romanos creían que ayudaba a mitigar dolores de cabeza y mejorar las capacidades cognitivas del cerebro.
Por fuera, esa variedad es redonda, posee una cáscara muy dura la cual protege al fruto, el cual debe ser pelado, pues una cascara muy delgada, de color marrón cubre la avellana y si no se retira le da un sabor amargoso.
