Con la nueva normalidad por la pandemia del coronavirus, campesinos del municipio de Ixtenco, solicitaron al párroco de San Juan que bendijera los maíces nativos de colores. Hasta el año pasado, los hombres del campo colocaban en doble fila, desde el altar mayor de la iglesia hasta el acceso principal, las canastas redondas con las semillas.
La congregación daba oportunidad para que los padrinos vistieran al niño Dios y lo llevaran en peregrinación hasta el templo para la celebración eucarística.
Luego, en su domicilio ofrecían tamales, atole agrio y mole de matuma, todo a base de maíz en honor a la virgen de la Candelaria. La actividad religiosa que siempre tenía lugar el dos de febrero se pospuso ante los nuevos contagios del SARS-CoV-2. Ahora, el párroco recorrió las casas de los nueve barrios del municipio.
Los productores seleccionaron las semillas de maíz, haba, calabaza y frijol y las colocaron frente a los domicilios, en un chiquigüite adornado con flores.
Con la sana distancia, el religioso bendijo las semillas previo a la siembra de temporal correspondiente al ciclo primavera-verano 2021.
“Es una acción inusual que garantiza la sana distancia, lo importante es la fe de este pueblo campesino y lleno de costumbres”, expresó el productor Cornelio Hernández.
La actividad acompañada de cohetones artificiales inició por la mañana y concluyó después de las 16:00 horas.
En Ixtenco siembran maíces de colores como blancos, cremosos, amarillos, rosas, rojos, azules y de diversas tonalidades.
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