El chiquihuite en Tetlanohcan es un utensilio indispensable para las familias al estar presente en eventos para celebrar la vida, pero también para conmemorar la muerte, toda vez que en él cargan pan, fruta, velas y flores en la llamada “Primera ofrenda”.
A diferencia de otros municipios, donde ponen su ofrenda sobre la mesa, en el municipio localizado a las faldas de la Malinche es tradición ofrecerla en esos recipientes elaborados a base de mimbre.
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En un recorrido efectuado por este Diario, las familias explicaron que acostumbran colocar chiquihuites personalizados, es decir, cada uno lleva el nombre del difunto a esperar, entonces, en las mesas puede haber desde uno hasta varios de ellos, dependiendo del número de familiares fallecidos.
Don Tomás Cuatianquiz Cuapio aseguró que en la mesa también colocan panes, frutas, comida y dulces para aquellos familiares cuyo nombre no supieron, a diferencias de los fallecidos recientemente, los cuales gozan de una ofrenda individual.
Precisó que la conmemoración de los difuntos la llevan a cabo desde el 28 de octubre, pero la remembranza más importante es la del primero de noviembre, donde los familiares de los recién perecidos esperan la llamada “Primera ofrenda”, la cual es entregada también en chiquihuites.
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En ese momento, las familias esperan a parientes, amigos y familiares para recibirla y posteriormente ubicarla en un templete de grandes dimensiones y bastante reforzado, pues deberá soportará varios kilos.
Posteriormente los caseros ofrecen una comida como un gesto de agradecimiento, por recordar a quienes partieron del mundo terrenal, para ello llegan a desembolsar hasta 100 mil pesos en comida y bebida.
CHIQUIHUITES PARA PEDIR A LA NOVIA
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La población de Tetlanohcan es bastante tradicionalista, por eso acostumbran llenar los chiquihuites con fruta, pan y obsequios, durante un pedimento de novia, lo cual es una expresión de amor y respeto por parte del novio y su familia hacia la prometida.
De igual manera, los grandes canastos son usados para que las familias soliciten un favor de apadrinamiento a otras familias, es decir, quien desea hacer un compadre acude al domicilio del mismo con esos chiquihuites y los entrega para posteriormente solicitar el favor, lo cual representa una cortesía.
Por su importancia en las celebraciones y conmemoraciones, es común ver que varios comerciantes los ofrezcan en diversidad de tamaños, aunque también ofrecen canastas para los mismos fines.
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A esta conclusión llegó el antropólogo Jaime Enrique Carreón Flores en el trabajo titulado “Intercambio de canastas en San Francisco Tetlanohcan”, que desarrolló como investigador del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Centro Tlaxcala.
De hecho, el antropólogo e investigador del Instituto Nacional de Antropología e Historia, Centro Tlaxcala, Jaime Enrique Carreón Flores elaboró en 2015 un trabajo en torno a la importancia de los chiquihuites, denominado “Intercambio de canastas en San Francisco Tetlanohcan”, en donde detalla que ese instrumento responde a una estructura de intercambio: dar, recibir y devolver.
USOS DEL CHIQUIHUITE
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- Para ofrecer ofrendas a los difuntos.
- Para pedimentos de novias.
- Para pedimentos de compadrazgos.
El chiquihuite es un canasto elaborado artesanalmente con palma, carrizo o mimbre, en el que las personas cargan pan, fruta, velas y flores.