A un año del enfrentamiento entre policías y pobladores del municipio de Ixtenco, producto del intento del alcalde Miguel Ángel Caballero Yonca de rescatar el edificio de palacio municipal y que dejó varios lesionados, daños materiales a la alcaldía y 12 patrullas destrozadas, este jueves varios comercios cerraron ante el temor de un nuevo conflicto.
Y es que a 12 meses de la violencia registrada, la gente vive enfrentada, con demandas laborales y servicios públicos a medias; solo hay ocho policías por turno.
Si bien durante 2018 fueron ejecutadas algunas obras en calles y se amplió el drenaje, agua potable y electrificación, un sector de la población está a disgusto con quien gobierna.
De hecho, la gente criticó el trabajo de Giovanni Aguilar Solís, primer regidor, quien fungió como alcalde durante seis meses, pues despidió a personal que laboraba con normalidad.
Luego, al reincorporarse al cargo Caballero Yonca, éste despidió a unos 20 trabajadores que laboraron con Giovanni Aguilar y ahora exigen su finiquito.
Eso sí, el munícipe literalmente trabaja a “control remoto” desde unas oficinas que renta en otro municipio, pues un grupo opositor no le permite el acceso a la presidencia municipal.
Ahora, con mayoría en Cabildo, Miguel Ángel Caballero Yonca canaliza 10 millones de pesos de las ministraciones mensuales que recibe de la Secretaría de Finanzas a lo que considera urgente pues el personal labora en unas oficinas reducidas.
REUNIÓN
- Un grupo de vecinos informó sobre el atraso que se tiene entre la población tras los disturbios registrados hace 365 días, además de que los líderes disidentes denunciaron que no hay servicios, por lo que pidieron al Congreso local la desaparición de Poderes.