La clausura parcial de los Sitios de Disposición Final (SDF) de Tlaxcala radica en la reducción de horarios, mientras que el anuncio de interrupción parcial ha generado más dudas que certezas entre la comunidad dedicada a la pepena.
Desde el pasado nueve de abril, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) clausuró de manera parcial los SDF ubicados en los municipios de Apizaco-Atlangatepec y Panotla, los cuales continuarán su operación con un 70 % de su capacidad.
Este Diario platicó con los pepenadores de Panotla, quienes informaron que les enviaron un aviso de la medida adoptada, cuya instrucción principal fue reducir el horario para recibir camiones recolectores, procedentes de distintos municipios.
Explicaron que anteriormente abrían a partir de las 08:00 horas y cerraban a las 20:00 horas, pero una vez que recibieron el documento redujeron el horario de 09:00 a 17:00 horas, pero reciben el mismo número de “viajes” de camiones recolectores municipales.
Comentaron que ni la Profepa ni la Secretaría del Medio Ambiente notificaron al grueso de los pepenadores, solo se limitaron a enviar el escrito para que el encargado del relleno lo socializara entre los agremiados. A pesar de ello, admitieron que eso no significó que les suspendieran los trabajos de recuperación de los materiales reciclables, entonces, continúan trabajando en sus actividades cotidianas de 08:00 a 20:00 horas.
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Lamentaron la determinación de cerrar los espacios de disposición, pues consideran que esa situación generará una pérdida económica en los ingresos de las familias dedicadas a esa actividad, conformada por el 70 % de vecinos de Techachalco. De igual manera, aseguraron que otras comunidades aledañas al SDF también generan activos económicos por la separación y reciclaje de basura como: Jesús Acatitla, San Francisco Temetzontla, y San Jorge Tezoquipan.
Finalmente recordaron que esa medida ya la había adoptado el gobierno estatal, en el sexenio del entonces gobernador Marco Antonio Mena Rodríguez, pero no hubo resultados satisfactorios, por lo que consideran que es mejor invertir en una reingeniería, en vez de crear nuevos rellenos o adoptar nuevos sistemas para deshacerse de los residuos sólidos urbanos.