Comerciantes establecidos al interior de la Central de Autobuses de Tlaxcala señalaron que han registrado pérdidas económicas por el cierre de las puertas laterales que la administración tomó como medida para evitar la propagación de Covid-19; exigieron que se abran y un trato igualitario entre vendedores.
A través de un escrito enviado al despacho del gerente general Erik Huerta Trejo y cuya copia fue proporcionada a este Diario, señalaron que la administración tomó la decisión de cerrar todos los accesos laterales por tiempo indefinido o hasta que el gobierno federal diera orden de abrir de nueva cuenta las puertas de los establecimientos y centros comerciales.
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Una vez que el gobierno de la República colocó a la entidad en semáforo epidemiológico en verde, pidieron a través de diferentes documentos, actas y firmas la reapertura, pues los comercios laterales han tenido afectaciones económicas por el cierre.
Acusaron que María Guadalupe Pulido, administradora de la Central, les dijo que no abriría las puertas laterales a menos que los locatarios tuvieran un antídoto contra el nuevo coronavirus o que se acabara el confinamiento.
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“Guadalupe Pulido nos informó que solo abriría las puertas si nosotros como locatarios ofreciéramos a nuestros empleados seguro social, prestaciones de ley, primas vacacionales, sueldo base mayor a lo estipulado, entre otros factores un tanto absurdos”, aseguraron en el escrito.
Por otro lado, alegaron que muchos usuarios de la central han violentado las puertas laterales al encontrarlas cerradas, “las han golpeado, azotado, y en una ocasión quebraron el vidrio para ingresar a las instalaciones… también se han quejado porque las personas discapacitadas deben dar toda la vuelta para entrar”.
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