Para recibir las ánimas de sus difuntos en el Día de Muertos, cientos de velas fueron encendidas sobre tumbas en el panteón de San Diego Xocoyucan, municipio de Ixtacuixtla.
Desde las diez de la noche y hasta el amanecer de este dos de noviembre, las familias pasaron la noche con sus fieles difuntos, unos con recuerdos que los siguen embargando, otros en un ambiente de fiesta, como la familia Pulido que, después de hornear el tradicional pan, veló en el camposanto.
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Ni la pertinaz lluvia registrada previo al inicio del arreglo de tumbas impidió la celebración que da continuidad al ritual prehispánico: un encuentro de los vivos con los muertos.
Aquí, al igual que en San Isidro Buensuceso, municipio de San Pablo del Monte, tienen la costumbre de enflorar los sepulcros durante la noche y velarlos hasta el amanecer; la mayoría de las tumbas están a flor de tierra.
Ya que la lluvia persistió mientras el sacerdote celebró la homilía, la gente se las ingenió para colocar velas en candelabros sin que se apagaran.
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Pasadas las 22:00 horas el mariachi calentó la fría noche -entre los sepulcros mojados- con sus interpretaciones dedicadas a padres y madres fallecidos.
- En el camposanto de Xocoyucan, la primera persona sepultada fue Micaela Ortega García el 17 de abril de 1992.