María del Carmen Salazar y sus hijas Mónica y Maricela recibieron el 28 de octubre a su padre con una monumental ofrenda. En el acceso a su casa ubicada en Jesús Tepactepec, municipio de Nativitas, un letrero decía: “bienvenido Armando”.
Hace cuatro meses Armando Hernández, de oficio campesino, fue asesinado a machetazos y después sepultado cerca de su domicilio. De acuerdo con la tradición, las personas que fallecen por accidente, este día, que comienza la celebración de Todos Santos, visitan sus hogares.
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Antes del mediodía, con pétalos de flores de cempasúchil y veladoras la familia Hernández Salazar formó un camino desde el acceso principal de la arteria principal de la comunidad hasta la privada donde está su domicilio.
Familiares, amigos y vecinos cercanos al campesino participaron en la procesión; el aroma a copal invadió el ambiente. “Este día, el ánima de mi esposo nos visita en la casa, está con nosotras”, expresó María del Carmen Salazar.
Al mediodía participaron en un rosario y por la tarde la familia ofreció: mole, mixiotes de cerdo y en la noche tamales después de la misa.
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“Nosotros tenemos plena confianza que Armando está con nosotros este día, por eso, damos cumplimiento a la tradición prehispánica”, dice la viuda.
LA OFRENDA
En la víspera, la familia Hernández Salazar elaboró una ofrenda de siete niveles en la que las hojaldras son infaltables, lo mismo que la fruta, comida típica, cervezas de su preferencia y fotografías del recuerdo no podían faltar.
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“La ofrenda de siete niveles representa los pasos para que un alma pueda descansar, el altar para mi esposo tiene lo elementos tradicionales indispensables, pero cada familia lo decora de acuerdo a los gustos del fallecido”.