Con la advertencia de no publicar en El Sol de Tlaxcala la “reunión privada, porque la gente de Atlihuetzia es muy brava y se puede ir contra el reportero”, el sacerdote Manuel Estrada Corona, no quiso hablar sobre los señalamientos que hizo el fiscal sobre presuntos malos manejos económicos en la vicaría territorial de Santa María, de dicha localidad.
Eso sí, recomendó a quien escribe, que de abstenerse a difundir la información "las bendiciones le alcanzarán".
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Y es que este domingo, el fiscal Juan Sánchez Lara, con apenas tres meses en el cargo, renunció debido a “incompatibilidad de ideas en el manejo de los recursos económicos” con el sacerdote.
Aunque es la segunda ocasión que Sánchez Lara ocupaba la fiscalía, anteriormente fue en 1990, esta vez, aseguró: “no toleré el autoritarismo del padre”.
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Incluso, dijo, que a través de terceras personas ha recibido presuntas versiones de amenazas, y subrayó: “lo hago responsable -al sacerdote- de cualquier cosa que me pase a mí y a mi familia”.
Asimismo, exfiscales reunidos en el atrio de la parroquia apoyaron la versión de Juan Sánchez, quien antes, mediante un comunicado, invitó a la feligresía a concentrarse en el inmueble religioso para informar los motivos de su renuncia.
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De esta forma, la reunión, a petición del sacerdote Manuel Estrada, se llevó a cabo dentro de la parroquia, donde el ahora exfiscal entregó el cargo, mientras que la comunidad católica aplaudió el trabajo de su párroco.
Incluso, La Diócesis de Tlaxcala, mediante un oficio con fecha del 29 de mayo del presente año, señaló que el “rector del Santuario goza de aceptación en la comunidad y que los puntos señalados por usted –Juan Sánchez- son dignos de tomarse en cuenta, pero de carácter muy personal”.
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Finalmente, Sánchez Lara indicó que “uno tiene una desventaja enorme, porque él, como sacerdote, hace uso de su jerarquía, porque él quiere tener todo el control en lo económico, ese ha sido su gran problema… hasta maneja los recursos de los sanitarios”.
EL DATO
La reunión a la que convocó la fiscalía, no fue privada, como dijo el sacerdote, fue pública por invitación abierta.