A mediados de la primavera, los abuelos comían flor de maguey (quiote) y los tallos eran una alternativa medicinal para curar de diabetes, próstata y del riñón, pero las nuevas generaciones lo desconocen.
A casi tres mil metros sobre el nivel del mar, en el municipio de Altzayanca, don Adelfo Hernández, desde hace tres décadas, estableció sus magueyes de las que obtiene varios productos como el quiote.
A unos ocho metros de altura, sobre los tallos de las plantas de maguey, se observa una flor de color verde-amarela.
Aunque para muchos no es un atractivo visual, para esa gente pobre representa diez años de trabajo en cada planta, tiempo que tarda para florear.
De hecho, se trata de magueyes que los tlachiqueros dejan para semilla y ampliar sus plantaciones de producción de pulque.
Sin embargo, para otros representa el sustento diario ante el desempleo que se vive por la pandemia del Coronavirus (Covit-19).
LA TEMPORADA
Don José Camacho, quien desde El Camen Tequexquitla sale a los plantíos silvestres en busca del proteico alimento, porta un machete para derrumbar los troncos verdes del maguey y recolectar el quiote.
Luego, retira la semilla de la flor y, una vez limpia, está lista para ser preparada en la gastronomía local.
En mercados y tianguis el cuarto de quiotes se vende en 25 pesos.
QUIOTE
- A casi tres mil metros sobre el nivel del mar, en el municipio de Altzayanca, don Adelfo Hernández, desde hace tres décadas, estableció sus magueyes de las que obtiene varios productos como el quiote.
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