Bajo la luz de la luna fue colocada una ofrenda dedicada a las personas que han fallecido en la laguna de Acuitlapilco, en el municipio de Tlaxcala, pero también fue para quienes perdieron la batalla contra la Covid-19.
Dicha actividad fue realizada para rescatar las tradiciones, de ahí que fue colocada la noche del domingo en la Ribera de Atlahapa, junto al cuerpo de agua.
El hecho se ha vuelto una tradición entre los pobladores desde hace tres años, pero esta ocasión por la pandemia fue efectuada solo por los organizadores de la asociación civil Patos Verdes al Rescate, quienes optaron por continuar con la costumbre de Todos Santos, pero mediante una transmisión en vivo para evitar aglomeraciones.
Este ofrecimiento representó la tradición cristiana-católica y mesoamericana para dar la bienvenida a los difuntos que, de acuerdo a las creencias, visitaron los domicilios el pasado domingo.
Efectúan esta ofrenda por la noche para contar con la constelación de Itzpapálotl que, de acuerdo a sus tradiciones, marca el fin del ciclo del agua fértil representado por Matlalcueye. Además, se reúnen en el lugar para festejar por los frutos de la cosecha obtenida durante este periodo, uno de los hábitos más arraigados en Atlahapa.
El elemento más representativo de la ofrenda es un caballito de tule, que fue armado de manera simbólica para representar el instrumento de trabajo de los abuelos, que desde tiempo de Mesoamérica les dejaron como herencia para pescar en la laguna, pues el tule era símbolo de purificación.
En esta ocasión fueron colocadas luces como símbolos de la luz interna de los difuntos a quienes dedicaron el altar, mientras que el humo del incienso fue para mantener la constante oración y purificar el lugar para que las almas lleguen a su destino.
Al final del ritual, el caballito elaborado de tule fue lanzado a las aguas “para que las ánimas descansen en paz”.
- La ofrenda en la Ribera de Atlahapa es la única dedicada a quienes perecieron en la laguna.
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