A los 11 años de edad, Marcos Vázquez Parra comenzó atrabajar en la industria de la pirotécnica en el municipio deXaloztoc.
Estudiaba y trabajaba bajo las instrucciones de don MiguelMagdaleno, un veterano con más de 45 años en este oficio.
Sin embargo, al adquirir responsabilidades en su hogar se vioobligado a abandonar la escuela de nivel secundaria y dedicarse porcompleto al arte de la pirotecnia con el apoyo Marcos Fernández,propietario de uno de los negocios.
Ahora, con 21 años de edad, el artesano lo mismo elabora uncohete de trueno, que una bomba, luces piromusicales y hasta uncastillo con más de mil 200 luces.
Marcos trabaja de las 8:00 horas a las 18:00 con un espacio de60 minutos para tomar alimentos, mientras que el patrón de laempresa le paga 350 pesos diarios.
“Ya estamos innovando en la producción de bombas, aquí mehan abierto las puertas como a muchos otros jóvenes, llevamosnuestros a más de 10 entidades del país”, explicó.
Agregó que “nosotros hacemos las quemas con un permiso de laSedena, sabemos los riesgos que se corren como en otros trabajos,pero lo hacemos con mucho orden, he visto desgracias quelamentamos, pero siempre trabajamos con precaución”.