Pese a que el desfile navideño en San Pedro Tlalcuapan no cumplió con las expectativas, los que hicieron su “agosto” en diciembre fueron los pobladores que comerciaron diferentes productos para ofertarlos entre unos 10 mil visitantes.
A lo largo de la calle Diego Martín Tzontlimatzi, desde la parroquia de San Pedro Apóstol hasta el templo de la Virgen de la Defensa, decenas de familias sacaron mesas y sillas para atender a la clientela.
Esquites, elotes, pambazos, buñuelos, tamales, tacos dorados, alitas y patas de pollo, pizzas, quesadillas, postres, tacos y el tradicional ponche, fueron parte del menú que se vendió, mientras que otros habilitaron terrenos baldíos y patios de sus viviendas para ofrecer espacios de estacionamiento de entre 30 a 50 pesos por vehículo.
Incluso, algunos propietarios de viviendas que abren sus puertas para que los visitantes recorran los majestuosos nacimientos, vendieron el “pie de piso” para la instalación de puestos de comida y bebidas.
EL DESFILE
Con una temperatura agradable de 19 grados centígrados, con vientos de ocho kilómetros por hora, ideal para disfrutar familiarmente el festival “Xi Youuh Tlacatilizilhuitl Icxitlan Tepetzintli” (Vivir la Navidad al Pie de la Gran Montaña), desde 17:00 horas comenzaron a llegar los visitantes, para esperar el inicio del desfile que fue pasadas las 20:00 horas.
Ahí, se esperaba el arribo de unos 100 carros alegóricos, pero solo llegaron poco más de 30 contingentes, entre motociclistas, escuelas, comercios, todos encabezados por la unidad que transportaba la imagen del santo patrono de la comuna, San Pedro Apóstol.
Así, poco antes las 20:00 horas comenzó la cuenta regresiva, pero el cronómetro rebasó la hora programada de arranque y la gente empezó a desesperarse al oír hasta en cuatro ocasiones la “segunda llamada”.
El recorrido inició, pero solo duró cerca de 30 minutos el paso de los autos que tuvieron una distancia de hasta 50 a 100 metros de uno a otro, después, la gente rompió filas para visitar nacimientos, que este año fueron menos que ediciones pasadas.
- En la calle Diego Martín Tzontlimatzi puede visitar un nacimiento, donde a lo largo del jardín exhiben animales vivos como borregos, conejos, un caballo, un burro, entre otros, ahí los puede alimentar tras comprar un racimo de unos 40 gramos de alfalfa por dos pesos.
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