En el Carmen Tequexquitla, tras la muerte por coronavirus del párroco Orlando García Flores, la población vive tensa y temerosa, de ahí que se cubre de un posible contagio del SARS-CoV-2.
Este día de la virgen de la Candelaria, no hubo fiesta religiosa en honor al “Niño Dios” y, de hecho, la parroquia permanece cerrada desde hace tres semanas, así que solo se abre para trámites de funerales.
Además, por la mañana de este martes, el repique de campanas anunció el adiós de otro ciudadano que murió por Covid-19.
“Desde que falleció el párroco seguimos muy lastimados, era un extraordinario ser humano, prometió bautizar a mi nieto Daniel, pero ya no se pudo”, dijeron Marina y José, quienes se dedican a restaurar y vestir imágenes en este día, pero no hay trabajo por la pandemia
En la calle Nicolás Bravo recién remodelada, mientras Marina viste los niños, José restaura imágenes y su suegro fabrica sillas para el “Niño Dios”.
En los establecimientos comerciales de bebidas y alimentos, hay máximas medidas de seguridad. En el transporte público el uso de gel alcoholado, caretas y cubrebocas es obligatorio.
Además, en el edificio de la presidencia, un policía se encarga del ingreso de los contribuyentes que se presentan a pagar su impuesto predial y agua potable. A las 19:00 horas todo está cerrado por órdenes de la policía municipal.
Eso sí, en fines de semana, la policía, bajo el mando de Ángel Pérez Pérez, permite fiestas y reuniones hasta de 300 personas lo que ha aumentado los contagios.
- Por la mañana de este martes, el repique de campanas anunció el adiós de otro ciudadano que murió por Covid-19.
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