La laguna de Acuitlapilco es la última laguna natural que queda en Tlaxcala. Es hogar de diversa flora y fauna, además de recibir aves migratorias como pelícanos.
Este cuerpo de agua mide 10.3 kilómetros cuadrados, pero su superficie es variable por el aporte de agua pluvial.
Pese a su tamaño, este espejo de agua tiene un riesgo latente de desaparecer ya que enfrenta diversas dificultades: la primera es la sequía constante desde hace más de diez años, además recibe aguas negras de la población que habita en casas de interés social de la capital tlaxcalteca, sumado a la explotación indiscriminada de recursos naturales y la contaminación por residuos que arrojan las personas, como plásticos y llantas.
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