Durante la realización de la sexta etapa de trabajos de conservación de los monumentos históricos y de trabajos de investigación de la zona arqueológica de Tizatlán, en junio de este año, personal del INAH, encontró nuevos elementos dentro de las antiguas edificaciones que les aportarán más información acerca de este asentamiento prehispánico.
Son una escalinata, el piso original y unas columnas, así como el uso de rellenos arquitectónicos en estas edificaciones y de los cuales no existía registro alguno.
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Al respecto Ramón Santacruz, arqueólogo encargado de la zona arqueológica de Tizatlán, explicó que los hallazgos prehispánicos fueron localizados cuando realizaban los trabajos correspondientes para la construcción de un murete de contención para poder evitar que la terraza ubicada en el lugar siguiera deslavándose, pero al momento de realizar la excavación para poder hacer la reconstrucción del muro oeste, encontraron una escalinata que está dentro de la plataforma oeste. Por este motivo tomaron la decisión de ampliar la excavación hacia el interior del edificio.
Conforme fueron avanzando los trabajos de excavación, los investigadores notaron que esta escalinata consta de dos escalones; su construcción corresponde a la última etapa del edificio oeste ubicado al norte y cerraba el edificio hacia al sur.
También encontramos rellenos arqueológicos que indican el reuso de los materiales de las etapas previas para poder construir los espacios nuevos y pisos originales del edificio. Una vez que determinamos el hallazgo de la escalinata, procedimos a realizar trabajos de conservación de los aplanados y de los elementos de tierra que acompañan a la escalinata, dijo el arqueólogo.
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Con estos trabajos concluye la etapa 2022 del proyecto arqueológico Tizatlán pero aporta elementos para poder seguir investigando el asentamiento y sobre todo la plataforma hacia el lado oeste y poder determinar sus medidas y límites arquitectónicos.
En los años 2019 y 2021 los investigadores realizaron exploraciones en el edificio localizado junto al basamento de los altares policromados, en ellas -comenta el investigador- encontraron una escalinata similar a la recientemente encontrada y unos muros que en ese momento no pudieron asociar a ningún otro edificio. Con el reciente hallazgo, deducen que la escalinata crecía a la altura del edificio contiguo, cubriéndolo prácticamente. Esta construcción está datada en la última etapa de Tizatlán del Posclásico Tardío.
Y continúa explicando que la escalinata descubierta en años pasados corresponde a la época en que estaban en funcionamiento los altares policromados; “conforme el asentamiento iba creciendo, los pobladores del lugar iban construyendo más plataformas, siendo las antiguas plataformas tapadas con las nuevas”.
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Toda la información recabada ayudará a seguir realizando más investigaciones en la zona, las cuales continuarán el próximo año.
EL MURAL ENCONTRADO
Durante el año 2021, junto al edificio oeste, fue encontrado un mural con unos ojos celestes plasmados en él. Según lo explicado por el arqueólogo, las imágenes encontradas tienen que ver con una muerte gloriosa, es decir con una muerte en batalla.
En la mitología mesoamericana, los guerreros creían que si morían combatiendo, irían al oriente después de su fallecimiento y por toda la eternidad acompañaran al Sol en su viaje por el cielo hasta ocultarse en el ocaso.
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Los murales, después de haber sido estudiados, volvieron a cubrirse, “para que estos hallazgos estén a la vista del público, primero debemos resolver los problemas de conservación porque al ser pinturas deben tener un espacio y una temperatura adecuada, no debe de haber mucha humedad ni tampoco sol directo; es necesaria una cubierta para proteger tanto al mural y las construcciones encontradas. Ya fue elaborada la propuesta para la cubierta y una vez que haya una respuesta, procederemos a la reexcavación de estos elementos. Próximamente en la revista centro INAH Tlaxcala “Tecalli” será publicado un artículo que dará a conocer la excavación, las imágenes tomadas al mural y los dibujos realizados de lo descubierto”, dijo Ramón Santacruz.
LOS MATERIALES UTILIZADOS PARA LA RECONSTRUCCIÓN Y CONSERVACIÓN
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Para realizar los trabajos de conservación y reconstrucción de los monumentos históricos así como de los muretes son utilizados materiales reversibles; materiales de la región, sobretodo del sitio y son compatibles con la materia prima arqueológica original como barro, tierra, cal apagada –cal de mina-, tepetate, xalnene para construir rellenos como el encontrado en la zona que está siendo reparada; también fragmentos de adobe para poder ir rellenado los faltantes.
La reconstrucción es laboriosa y tardada porque es un trabajo manual, todo se va haciendo al momento y con la ayuda de pequeñas espátulas colocan y pegan, de manera minuciosa, todos los materiales; para que el visitante pueda saber que es original y que fue reconstruido, el personal del INAH coloca pequeñas piedras que hacen más fácil la diferenciación.
Tizatlán fue descubierta en 1927 donde pueden apreciarse aún partes del palacio de Xicohténcatl: dos altares policromos con la representación de Mictlantecuhtli, Dios del Inframundo; Tezcatlipoca, Dios de la Noche, y Camaxtli, principal deidad de los tlaxcaltecas.
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