La vida de doña Cecilia Bolaños Ramírez dio un giro radical hace una década cuando decidió dejar su empleo como empleada del Gobierno del Estado para dedicarse a la producción de dalia, una flor con profundas raíces en la cultura mexicana.
A sus 57 años de edad, la mujer campesina encontró en la agricultura no solo una forma de vida, sino también una pasión que la sostiene junto a su esposo, Francisco Javier Martínez Avelino.
➡️ Síguenos en nuestro canal de WhatsApp y recibe las noticias más relevantes de Tlaxcala, México y el Mundo
La pareja comenzó su travesía agrícola con un pequeño huerto en su parcela, ubicada en el paraje La Cruz, en Huamantla, donde inicialmente sembraban maíz, pero observaron que no era redituable y decidieron emprender en el nuevo cultivo.
Con la idea de diversificar y descansar la tierra, decidieron incursionar en la producción de la dalia, una flor colorida y tradicional que abunda en la región. Con el tiempo, consiguieron camotes de flor y montaron su propia plantación, que en sus inicios fue de temporal, pero hace un año dieron un paso más hacia la sostenibilidad, pues instalaron un sistema de riego por goteo.
Entérate: ➡️ Dalias para “La Noche Que Nadie Duerme”
Gracias a la capacitación proporcionada por la Asociación Mexicana de la Dalia, doña Cecilia Bolaños y su esposo descubrieron que la flor es completamente comestible, desde sus pétalos hasta el camote, entonces, los llevó a explorar nuevas formas de aprovecharla.
➡️ Suscríbete a nuestro Newsletter y recibe las notas más relevantes en tu correo
En un principio, experimentó en la cocina con recetas innovadoras, donde aprendió a elaborar platillos como las quesadillas, ahora hace agua, gelatina de agua y de leche, nieve de agua y, con la raíz hace tinga y harina para galletas.
La temporada de producción de dalia, explicó, abarca de junio a octubre con un ciclo de desarrollo de tres meses por plantación y durante este tiempo, doña Cecilia y su esposo, bajo el nombre de “Dalia San Luis”, reciben a visitantes en su parcela.