Bien dicen que la unión hace la fuerza cuando es aplicada correctamente para incentivar la economía de la comunidad Guadalupe Ixcotla, del municipio de Chiautempan.
Ahí, los casi 300 comerciantes se unen para incentivar a los operadores turísticos para que visiten el Tianguis Artesanal y Textil La Guadalupana.
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Y es que desde el año 2002, cada chofer que llega con turismo religioso, es acreedor a comida o ropa. Actualmente es a través de un vale.
Estrategia que ha funcionado en los 22 años de vida del tianguis de temporada que se instala en los alrededores de la parroquia de la Virgen de Guadalupe.
Si bien los 365 días del año Guadalupe Ixcotla es un lugar comercial de textiles, por sus diferentes almacenes a lo largo y ancho de su demarcación, son tres periodos de mayor auge de compradores.
En el mes de mayo, con la bajada de la Virgen de Ocotlán, después los “san miguelitos” en septiembre y el Guadalupano en diciembre.
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De este modo, en víspera de la celebración a San Miguel Arcángel el próximo domingo 29 de septiembre, los comerciantes de Guadalupe Ixcotla ya están listos para recibir a cientos de peregrinos, que después de visitar el santuario de Nativitas, pasarán por tierra santaneras para adquirir abrigo para la próxima temporada invernal.
IXCOTLA, EL EPICENTRO DEL TURISMO DE COMPRAS
Ni Contla de Juan Cuamatzi con sus artesanías, ni la cabecera municipal de Chiautempan con su amplia movilidad comercial, aglomeran la cantidad de “san miguelitos” compradores como Guadalupe Ixcotla.
Todo empezó en el año de 2002, un año después del acto terrorista del 11 de septiembre en las Torres Gemelas de Nueva York, cuando a decir de Benito Pinillo Tapia, uno de los fundadores del tianguis “La Guadalupana”, la recesión económica pegó en las exportaciones de textiles hacia Estados Unidos.
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Así que buscaron alternativas y nació el tianguis de temporada de Guadalupe Ixcotla, apenas con 13 comercios, para el siguiente año se incrementó a 63 vendedores, hasta la actualidad que reúne a unos 300 expositores a lo largo de 1.5 kilómetros.
Para atraer compradores, principalmente del turismo religioso que llega a Tlaxcala, implementaron la estrategia de acudir hasta los lugares ceremoniales, como la Basílica de Nuestra Señora de Ocotlán y San Miguel del Milagro, para invitar a los operadores turísticos a visitar su comunidad, antes de emprender el viaje de retorno a su lugar de origen.
A cambio de esto, los choferes de los autobuses recibían una cobija u otra prenda, así como comida, incluso, para facilitar la ruta, pobladores de Ixcotla los guiaban hasta llegar al territorio del pueblo indígena.
Astucia que se mantiene hasta la actualidad, pese a que, por tradición, muchos operadores ya tienen contemplada esa escala de dos a tres horas.
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LA OFERTA
En un comparativo de precios realizado por este Diario a los productos textiles que más prefiere el turismo religioso, no varía mucho en comercios de Santa Ana Chiautempan, específicamente en la Casa del Artesano ubicado en la calle Ignacio Picazo Norte, así como en Ixcotla y Contla de Juan Cuamatzi.
Por ejemplo, un gabán de lana oscila entre 350 a 500 pesos, el tradicional saltillo ronda en 150 pesos, los rebozos desde 80 pesos, cotorinas de lana en unos 350 pesos, un vestido tradicional tlaxcalteca unos 280 pesos. Empero, los que sufren de bajas ventas, son los propietarios de la Casa del Artesano, como Mayulo Rugerio Ahuatzi, hombre de 88 años de edad que parte de su vida se ha dedicado a la elaboración artesanal textil.
Y es que recuerda que al final de la década de los 80 y principios de los 90, los pasillos del inmueble eran insuficientes para albergar a los visitantes, “fue una etapa floreciente para nosotros como artesanos, ahora, los pasillos están vacíos; pero seguimos con las mismas esperanzas que volteen hacia nosotros”, dijo.
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Otro de los factores de disminución de ventas, indicó el tejedor, “Chiautempan era una zona textil por tradición, con fábricas y cientos de obreros, pero esos trabajadores crearon su propio negocio y ahora el pastel se reparte para más, aunque la mayoría son revendedores”.
EL REGATEO
Después del primer fin de semana, donde el turismo religioso comenzó a llegar a tierras tlaxcaltecas, Magdalena Lara Tipatzi, integrante de la Casa del Artesano de Chiautempan, lamentó que la tradición del regateo se haga presente en cada negociación con los compradores.
Además, expresó que algunos visitantes de ciertas zonas del país “quieren todo muy barato”, y ejemplifica: “un producto donde invertimos 80 pesos y lo vendemos en 100, para ganar unos 20 pesos, ofrecen nada más que 60 pesos, y hasta se molestan porque no accedemos”.
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VENTAJAS Y DESVENTAJAS POR VOZ DE COMERCIANTES
Para los integrantes del Tianguis Artesanal y Textil La Guadalupana, la ventaja de acudir a Ixcotla es, además de precios directos de fábrica, la variedad de productos está concentrado en un corredor que facilita a los compradores adquirir la prenda de su agrado. Ahí, lo que más adquiere el turismo religioso es la llamada ropa de casa, como sábanas, colchas, cortinas, manteles, servilletas, toallas, cojines, que va desde 80 a 300 pesos en algunos casos, también depende del material de fabricación.
Lo malo, dicen los comerciantes, es la infraestructura vial que tienen en su comunidad, con calles añejas llenas de hoyos, pero amplias para recibir a los autobuses que llegan con el turismo religioso a realizar turismo de compras. Mientras para los vendedores de la Casa del Artesano, lo malo son los grandes almacenes que revenden los productos locales e incluso chinos a precio bajo por ser industrializados.
PRECIOS
Un gabán de lana oscila entre 350 a 500 pesos, el tradicional saltillo ronda en 150 pesos, los rebozos desde 80 pesos, cotorinas de lana en unos 350 pesos, un vestido tradicional tlaxcalteca unos 280 pesos.