Durante la época revolucionaria, los saqueos fueron habituales a lo largo y ancho de México. Desde relojes hasta automóviles, cada robo fue justificable por los luchadores bajo su idea de justicia revolucionaria donde ni siquiera el arte sacro y las imágenes religiosas se salvaron.
Entre las familias de Apizaco se cuenta un conmovedor pasaje histórico que da fe tanto de la participación histórica de Tlaxcala en este periodo convulso para el país, como la devoción católica de la ciudad rielera desde sus primeros años.
LA HISTORIA
Nuestra Señora de la Misericordia fue adoptada por los apizaquenses como su santa patrona en 1875, año en el que la Catedral de Puebla le donó a la recién edificada iglesia de la ciudad una pintura creada por el artista poblano Francisco Morales.
Esta obra de arte, réplica del óleo de Giuseppe Soleri que se encuentra en la ciudad italiana de Rimi, ilustra el rostro de la Virgen María con algunos rasgos adecuados a la tradición mexicana.
Los detalles: ➡️ Colocan primera piedra del monumento a la Virgen de la Misericordia en Apizaco
Durante el periodo revolucionario, Apizaco se vio despojado de numerosos inmuebles. En 1915 la estación del ferrocarril y las calles fueron tomadas por la estrategia. Además, las tropas carrancistas tomaron el templo como cuartel, quemaron el archivo parroquial y robaron el arte sacro.
El histórico cuadro e imagen de la patrona quedó en manos de un soldado quien, cansado de llevarlo a cuestas por las calles del municipio, lo vendió a una fervorosa católica de nombre Guadalupe García. Consternada por el saqueo, la mujer le entregó 10 pesos y una oración a su curioso comerciante antes de dirigirse directamente a su hogar. Así, la familia Vargas García resguardó durante tres años la imagen de la Virgen en su casa ubicada en la calle 5 de Mayo.
Las suposiciones sobre qué hubiera pasado si el soldado se llevara la imagen fuera de Apizaco o la vendiera a una familia de poco entendimiento dentro de la misma demarcación, configuran este escenario como milagroso para los fieles.
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De forma heroica, la señora Guadalupe devolvió la obra a su basílica, considerada una de las más bellas del estado por su estilo gótico romano.
PARA RECORDAR
Para conmemorar el centenario del regreso de la Virgen de la Misericordia a su templo, un grupo de fieles apizaquenses colocó un altar de azulejos pintados en talavera en la casa donde se guardó la pintura de la patrona de Apizaco de 1915 a 1918.
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Desde su inauguración en 2018, el nicho recibe la visita de creyentes de todas partes de la entidad, quienes se han asegurado de nunca dejarla sin flores blancas y azules, sus colores predominantes.
La obra religiosa fue elaborada por el artista poblano Francisco Morales y es una réplica del óleo de Giuseppe Soleri que se encuentra en la ciudad italiana de Rimi.