“La reducción de turismo en los centros de avistamiento lo agradeció la naturaleza y las propias luciérnagas, aunque hayamos registrado menor ingreso económico”, aseveró Jorge Tulio Brindis Olvera, propietario del “Rancho San Pedro, Santuario de la Luciérnaga”, ubicado en Nanacamilpa.
Aseveró que tiene nueve años viviendo del turismo y la suspensión de la temporada de avistamiento en años anteriores -por la emergencia sanitaria de Covid-19-, permitió que el equilibrio ecológico se fortaleciera y ahora con la reducción en el aforo, la naturaleza “lo agradeció”.
El bosque retribuyó el descanso y la disminución de personas que nos visitaron, con la proliferación de luciérnagas. Económicamente sí hubo una disminución, pero lo primero es atender la salud de los visitantes y cuidar la naturaleza,
insistió.
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El empresario detalló que antes de la pandemia su centro de avistamiento tenía la capacidad de recibir a 300 personas, con lo cual lograba una derrama económica anual de 400 mil pesos, pero la reducción al 30 % ha dejado ganancias menores.
Es mejor recibir poco a no recibir nada y lo comento porque cuando Tlaxcala estuvo en rojo, dentro del semáforo epidemiológico nacional, se suspendió la temporada de avistamiento y si nos vimos muy afectados, pues a pesar del apoyo del gobierno estatal, no es lo mismo, subrayó.
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Brindis Olvera recordó que el gobierno del estado los capacitó para cuidar el entorno ecológico y conocen la importancia de hacerlo, de lo contrario no habría atracción de turistas y un daño irreversible al ambiente.
Por otro lado, aseguró que su formación es silvícola, por lo que desde el Rancho San Pedro ha dirigido sus esfuerzos para el cuidado y conservación del bosque, la flora y la fauna.
Por último, dijo que otros centros fueron afectados por los incendios forestales, pues hubo nulo trabajo de prevención en la temporada de estiaje, razón por la cual este año no abrieron.
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