La barranca Tepetzala que hace 20 años llevaba agua limpia de los manantiales y desembocada en la presa Atlangatepec, ahora traslada fluidos de muerte.
El lugar se convirtió en el más contaminado de Tlaxcala, los lixiviados se derraman a gran escala de las lagunas de oxidación y desde el relleno.
Y no solo eso, algunos reptiles y mamíferos que tenían como hábitat, tuvieron que emigrar, las aves volaron a otros bosques ante el reciente incendio de abril.
Aquí el olor es insoportable a la salud de las personas, el lugar no cumple con las normas ambientales. Los arbustos cercanos a los canales de desagüe se secaron.
Y es que los lixiviados que se producen en el relleno sanitario son altamente tóxicos, estas sustancias contraen enfermedades graves y de carácter irreversible al humano, hasta acabar con la muerte.
Además de organismos patógenos que se reproducen por millones entre los miles de toneladas de desechos, también hay presencia de arsénico.
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