La intención de digitalizar documentos de índole histórico en la comunidad de Tizatlán y que se encuentran a resguardo de las autoridades religiosas, generó la inconformidad de un grupo de pobladores que exigió que frenaran esas tareas.
Se trata de documentos del siglo XVIII que serían digitalizados por personal especializado de la Biblioteca Nacional del Museo de Antropología e Historia, en la Ciudad de México y que está a cargo de Baltazar Brito Guadarrama.
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La acción encabezada por el fiscal de la localidad, Pedro Román Sánchez, quien es considerado máxima autoridad eclesiástica de la demarcación, el grupo cultural Tercer Señorío y el juez móvil, tuvo que ser suspendida ante la inconformidad de los pobladores que manifestaron un supuesto saqueo de documentos.
Y es que, quienes tomaron la iniciativa de preservar, restaurar y digitalizar la documentación a resguardo de la iglesia que contienen parte importante de la historia del Tercer Señorío de la República de Tlaxcallan habían trasladado la documentación a la Ciudad de México, previo aval de la ciudadanía, pero al surgir la inconformidad los obligaron a regresar los documentos a Tlaxcala.
El traslado de la documentación de índole histórico fue bajo todos los protocolos de seguridad y con la autorización del fiscal del pueblo; acción que se llevaría a cabo de forma altruista y para rescatar los datos de la historia relacionada con los cuatro Señorios y la construcción del antiguo Senado.
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Tras la inconformidad generada, en una asamblea de pueblo se determinó que los actos no fueron una sustracción de la documentación de forma ilegal y que la acción era orientada a preservar parte de la historia de Tlaxcala. Se resolvió que los promoventes de esta iniciativa actuaron de buena fe para restaurar, preservar y digitalizar los documentos a resguardo de la iglesia, que conforman el legado histórico de la instauración de Tlaxcala.
Cabe señalar que con el tiempo estos documentos se han ido deteriorando gradualmente de ahí que buscan hacer el rescate de los datos que comprenden, por lo que los involucrados insistieron que en ningún momento se robó o sustrajo de manera ilegal este legado histórico.
Los pobladores dijeron que temen un posible saqueo de documentos; no obstante una asamblea de pueblo determinó que la acción para digitalizar documentos era orientada a preservar parte de la historia de Tlaxcala.
