Un combatiente de sanidad de la Comisión Nacional Forestal (Conafor) encontró un hongo comestible de un kilogramo, conocido como “pante”, entre coníferas de ocote blanco en el Área Natural Protegida de la montaña Malinche.
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Llevo varios meses trabajando en el bosque, pero nunca me imaginé recolectar un hongo comestible tan grande,
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expresó Elías Zempoalteca Morales, integrante de la brigada de sanidad de Santa Catarina Ayometla de la Conafor.
Dijo que un día antes encontró dos “pante” de tamaño medio, pero su esposa le comentó que no alcanzaban para preparar un mole rojo. Ahora sí, no hay pretexto, encontré este que pesa más de un kilo.
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Elías es el encargado de exterminar -con químicos diluidos mediante aspersión- al insecto descortezador que seca árboles de pino y ocote.
Por ello, debe recorrer los bosques para detectar los árboles marcados por la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas para su derribo.
De acuerdo con mujeres de habla náhuatl de San Isidro Buensuceso, municipio de San Pablo del Monte, en la temporada de recolección de hongos, primero surgen el cholete y güerito, luego, amarillo, niños, pecosas, cornetas y "pante", al final, las escobetas. A tres mil 650 metros de altitud en el predio conocido como “El Páramo”, los hongos pante se secan pues la población no sube.