A 500 años, Ixtenco no celebra ni conmemora el encuentro de dos culturas, más bien fue el encuentro contra un ejército español, el derrocamiento de los indígenas tlaxcaltecas y el más grande etnocidio de lo que hoy conocemos como América Latina, indicó el historiador Cornelio Hernández Rojas.
Con una ofrenda de maíz, velas y aroma de copal en la plaza de los Fundadores, el pueblo otomí recordó a los indígenas caídos por la invasión española.
"Aquí no fue encuentro de dos culturas, fueron incontables muertos que defendieron su territorio, fue el inicio de un etnocidio, no hay nada que celebrar", reiteró.
Y fue más allá al decir que: "somos más de uno los que luchamos porque no nos atrofien la memoria, por la reivindicación de nuestros ancestros otomíes-yumhu".
Dijo que rememoran a los indígenas tlaxcaltecas quienes hace 500 años, murieron luchando para impedir el ingreso de la milicia española a tierras tlaxcaltecas.
Y detalló que al final se consolidó el derrocamiento del ejército tlaxcalteca por el militarismo español.
Afirmó que este acontecimiento contribuyó a lo que más tarde fue el inicio del etnocidio más grande que se ha vivido en lo que hoy llamamos América Latina.
Consideró que "un etnocidio no es un encuentro de culturas, los españoles vinieron a conquistar y como consecuencia América Latina fue diezmada, pero hay quienes sienten el linaje de Maxixcatzin y defienden los intereses que él lideró en el siglo XVI".
Hernández Rojas mencionó que con fecha nueve de mayo envió una carta a los Poderes Ejecutivo y Legislativo, para que reflexionen respecto a lo que han llamado “Encuentro de dos Culturas”, pues solo representa una visión unilateral, cuando se trató de un etnicidio.
ACCIONES
- Durante tres días, fue abierta la presidencia municipal de Ixtenco, para coordinar un ciclo de conferencias denominado: “a 500 años del derrocamiento del ejército tlaxcalteca por la milicia española. Participaron historiadores, antropólogos, cronistas y el pueblo otomí.
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