El domingo de mole en honor a San Bernardino de Siena, santo patrón de Contla de Juan Cuamatzi, no ha sido paralizado por la lluvia, esto después de un largo año de espera y meses de ahorro para poder sufragar los gastos que genera la anfitrionía para recibir a familiares, amigos y uno que otro desconocido.
Hoy, la fiesta nadie la arruina, ni los truenos de los relámpagos ni la intermitente lluvia que se presentó después de las 15:00 horas, pues llegó el día más esperado por las familias contlenses.
Y es que desde días antes empezó el corretear por los ingredientes de un comercio a otro, el desvelo por iniciar la cocción de los alimentos o madrugar para llegar al molino.
Este día, la leña ya ardió para calentar la cazuela de barro que contiene el platillo ancestral, esa mezcla de sabores entre dulce, salado y picante, con un aroma único que conquista los paladares más exigentes.
Para unos es simplemente mole, otros prefieren usar el diminutivo molito por el gusto al manjar, como sea, Contla de Juan Cuamatzi, anfitrión por tradición, recibe este domingo a miles de visitantes.
Los comensales ya ocupan las mesas instaladas en las viviendas, pocos se atreven a vestir de blanco por obvias razones, la marca del mole en la camisa o blusa, eso también es infalible en el color que sea.
Por las calles, la tarde de este domingo comenzó el caos vehicular por doquier, muchos ya traen hambre y también la esperanza de llevarse su cubetita de mole a casa.
Otros visitantes usan el servicio público que anuncia en su cristales “al mole de Contla”, también algunos mensajes chuscos como “no me invitaron al mole, pero no me dijeron que no fuera”.
Ahí, los contlenses abren sus puertas para recibir a familiares, amigos y hasta desconocidos, porque es característico de los habitantes de esa jurisdicción, que un taco no se le niega a nadie.
Días previos a este domingo, las familias se organizaron para repartir los gastos que genera la comida, que en suma alcanza una inversión de hasta 30 mil pesos.
Lo anterior, debido a la adquisición de insumos para los alimentos, donde el pollo es uno de los componentes infaltables en el platillo. Tan solo un pollo entero, oscila en precio de 100 a 150 pesos, pues el kilogramo cuesta de 55 pesos a 70 pesos.
No se digan las especias, como los chiles, galleta de animalitos, chocolate, manteca, cacahuate, ajonjolí, pasas, almendras, anís, canela y ajo, que después de asar, las amas de casa acuden a los molinos, donde el costo de la molida cuesta alrededor de 150 pesos.
Tampoco puede faltar el arroz, que se prepara con aceite, jitomate, cebolla y ajo para hacer el recaudo, y depende de la cantidad será el costo.
Pero no sólo en alimentos invierten los anfitriones, también alquilan sillas y mesas, cuyo juego ronda entre 60 a 100 pesos, más la lona para proteger a los visitantes de las inclemencias del clima cuando el evento es al aire libre, como en la mayoría de las viviendas se prepara.
De esta manera, el enlonado, por ejemplo en una extensión de 10 por 10 metros para el domingo del mole y lunes de recalentado cuesta entre 600 a dos mil 500 pesos.
También hay que agregarle a la lista las bebidas alcohólicas, como tequila, brandy, ron, whisky o cerveza, esta última es la que predomina en las comidas de mole de este domingo.
Para esto último, hay quienes gastaron, según un sondeo realizado por este Diario, de mil hasta 10 mil pesos en la adquisición del líquido embriagador. O hay quienes prefirieron comprar el elixir de los dioses, el pulque en 20 pesos el litro natural.
Así, la tarde de este domingo en las mesas ya hay comensales, mientras otros batallan para llegar debido al tráfico que se genera en las entradas del municipio de Contla, donde la más congestionada de vehículos es por Apetatitlán.