Es La Soledad un pueblo invisible del municipio de Tequexquitla, donde habitan 867 habitantes en condiciones de pobreza y con servicios a cuenta gotas.
En el último rincón al oriente de Tlaxcala, las calles están sin gente, la población se resguarda en sus casas ante la pandemia del Covid-19 que está por ingresar a Fase III.
La pasada semana, unos 150 adultos de 68 años acudieron a la cabecera municipal para cobrar la pensión del gobierno de la República.
Pero, en esa comunidad, este grupo de la población vulnerable vive en soledad, abandonado por sus hijos que han emigrado.
En plena cuarentena por emergencia sanitaria, no tienen apoyos del gobierno de la República, como el subsidio de despensas, leche y están fuera del programa de becas para los niños.
Y por si fuera poco, no hay servicio de transporte permanente, apenas se observan algunos transportistas proveedores de alimentos.
PREOCUPA LA FALTA DE DINERO
La población económicamente activa, que en las próximas horas podría quedarse sin empleo, se preocupa más por lo que van a comer y la sequía, que por la enfermedad del virus.
La mayoría de ellos va al día, mediante el autoempleo en la vendimia.
Y es que, en dos años, por incendios han perdido más de la mitad de la zona de bosque del que recibían servicios ambientales, piñones, nopales y las bondades del maguey, ahora todo está desolado.
La población de esa comunidad y sus colindantes no tiene internet, aun cuando el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, lo prometió en su campaña, unos cuantos tienen servicio limitado de Dish.
PUEBLO EN REZAGO
Enclavados a cuatro kilómetros de la cabecera municipal, hacia la zona desértica y montañosa, esta población apenas se informa de lo que ve en la televisión abierta cuando hay señal.
La Soledad cuenta con una escuela de nivel preescolar, una primaria y una telesecundaria, para atender a la población escolar, pero todo está cerrado, hasta el centro de cómputo.
En este lugar, no hay más oportunidades de estudio, al concluir la Telesecundaria todos se emplean en las fábricas que esán en la zona.
Aquí, la única oficina que permanece abierta es la presidencia de comunidad, que es atendida por el edil Arturo Camacho.
Los hombres se dedican al campo, pero el ciclo agrícola de temporal tiene retraso, colectan flor de palmas para comer, las mujeres en casa con el temor del Covid-19.
“Recibimos los comunicados de Gobierno, todos en casa, sin salir y a la espera de nuevas instrucciones”, expuso Arturo Camacho.
El presupuesto para esta comunidad que forma parte de la Cruzada Nacional contra el Hambre, se reduce a obras de adoquín y electrificación.
Sobre calle principal sin nombre, Valentina Sánchez se preocupa por la falta de dinero, para comprar alimentos cuando llegue la contingencia sanitaria.
“Muchos hablan del Coronavirus, pero aquí no hay males, solo la falta de dinero para comprar alimentos”, afirmó.
- 867 Habitantes en condiciones de pobreza y con servicios limitados hay en La Soledad
- 150 Adultos de 68 años acudieron a la cabecera municipal para cobrar la pensión del gobierno de la República
PRESUPUESTO
El presupuesto para esta comunidad, que forma parte de la Cruzada Nacional contra el Hambre, se reduce a obras de adoquín y electrificación.
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