En 1968, los hermanos Alfredo y Guillermo Paredes García fundaron en Apizaco el grupo Los Alfiles. A lo largo de generaciones, su música versátil acompañó la vida social y cultural de la ciudad rielera, sin embargo, sus integrantes se despidieron de este mundo con el paso de los años.
Cobijado por los contemporáneos en la ciudad que lo vio nacer, Guillermo Paredes García, el último de Los Alfiles, fue reconocido el pasado jueves por sus 73 años de edad y 70 de trayectoria.
El tecladista y cantante relata que empezó a tocar con su hermano desde que tenía tres años, cuando soñaba con convertirse en una figura del arte local.
“No he hecho otra cosa en mi vida que dedicarme a la música. Mis padres nos llevaban a la casa de mi tío Modesto García, que formaba parte del conjunto musical 'Los amigos de la noche'. Entrar en su casa para mí era como entrar al paraíso. Desde entonces me nació la inquietud”, expresó.
En ese tenor, Guillermo Paredes incursionó en esta bella arte con el grupo de niños cantores de la actual parroquia de la Misericordia.
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Rodolfo Sánchez Madrid me dio las primeras clases de órgano y a los 8 años toqué mi primera misa, recordó el homenajeado por iniciativa ciudadana.
Tres años después, con conocimientos claros de guitarra, ingresó en la escena musical de manera oficial, pues con el dinero que obtuvo su hermano trabajando como bolero, compraron su primera guitarra y pusieron en marcha su agrupación.
A los 13 años recibí mis primeros aplausos durante la ceremonia de recibimiento al nuevo director Ángel Villaverde Rivera. Cuando terminé el último acorde de “El boogie de la guitarra” hubo un estruendo. Todos los alumnos gritaban ‘otra, otra’. En total toqué siete canciones, narró.
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Ese fue el origen del conjunto Los Alfiles, que empezó meses después con el acompañamiento de José Luis T.M y Óscar Contreras en la batería, con quienes recorrieron prácticamente todo el estado alternando con Los Violines Mágicos de Villafontana, La Orquesta Moderna de Apizaco y grupos nacionales como Los Ángeles Negros y Los Babys.
Además de esta agrupación, Guillermo Paredes fue pianista de Verónica Castro, Enrique Guzmán, Enrique Cáceres, Dámaso Pérez Prado, Carlos Sanatana, Alejandro Lora, Los Solitarios, entre otros.
Apizaco fue, durante los 60, la cuna de los músicos en Tlaxcala. La identidad de los jóvenes ahí se dio en el arte, especialmente en la música.
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Las bandas que tocaban rock & roll saltaron de las calles de esta zona hasta el centro y se unieron con otros municipios. Así surgieron bandas como Los Alfiles, Electroshock y Evolución.
En la segunda mitad del siglo XX se crearon hoyos funky para dar cabida a los toquines de rock, prohibidos y perseguidos por el gobierno de Echeverría luego de la masacre de 1968 y el halconazo del 1972.
Contestatarios, los músicos como Guillermo Paredes sorprendieron con múltiples facetas de su prolífica vida musical, hicieron que muchas parejas se enamoraran y unieron a grupos de amigos que siguen frecuentándose hasta hoy.
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A partir del año 2000 culminó el primer ciclo de esta agrupación, dejando espacio a los hijos de Alfredo Paredes para seguir el proyecto que hoy cumpliría 56 años y sigue marcando la pauta musical en Apizaco.
- Además de integrar al grupo Los Alfiles, Guillermo Paredes fue pianista de Verónica Castro, Enrique Guzmán, Enrique Cáceres, Dámaso Pérez Prado, Carlos Sanatana, Alejandro Lora, Los Solitarios, entre otros.