No guardar resentimiento, pide sacerdote a Tenango al dar último adiós a personas fallecidas

No debemos verlo como una desgracia sino como un aprendizaje, dice el presbítero al pueblo ante explosión por pirotecnia

Jesús Zempoalteca | El Sol de Tlaxcala

  · miércoles 9 de agosto de 2023

Dan sentido adiós a Ignacio y Margarita víctimas de la explosión de Tetlatlahuca. Foto: César Rodríguez | El Sol de Tlaxcala

La muerte tiene emociones múltiples y el último adiós de personajes apreciados en la comunidad de San Bartolomé Tenango, municipio de Tetlatlahuca, dio cuenta del manejo que cada ser humano otorga a su propio destino, la forma de conducirse en vida para ser recordado hasta su última morada.

 

 

En el caso de la rezandera del pueblo, doña Margarita N., mujer de 63 años de edad, dedicada a la vida religiosa, era apreciada por los vecinos. Presta para acudir puntual a los rosarios y ahora su lugar será difícil de ocupar. ¿Ahora quien rezará los rosarios?

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El cortejo lúgubre avanzó hasta un altar improvisado en la cancha de basquetbol. César Rodríguez | El Sol de Tlaxcala

Fue un ejemplo de perseverancia y fe. La desgracia la alcanzó la noche del cinco de agosto cuando una roca en forma de proyectil -por la explosión de pirotecnia- le golpeó inequívoca la cabeza para arrebatarle la vida en un instante.

Don Ignacio N., era un ciudadano de 42 años, iniciaba sus cargos eclesiásticos, deseaba servir con humildad a la Santa Iglesia, pero a cuatro meses de concluir el cargo vio a la muerte de frente y la abrazó. El motivo, misma tragedia, la explosión de cohetones en el inicio del novenario a San Bartolomé, el mismo santo que tiene amarrado al diablo en forma de gatito para que no haga “travesuras”.

Antes de las 13:00 horas de ayer martes ocho de agosto, hombres cargaron los féretros de los fallecidos para llevarlos a la cancha de basquetbol, repleta de gente, pues en la iglesia principal no oficiarán misas, hasta que el Instituto Nacional de Antropología e Historia revise si no presenta daños estructurales.

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Dan sentido adiós a Ignacio y Margarita víctimas de la explosión de Tetlatlahuca. Foto: César Rodríguez | El Sol de Tlaxcala

El cortejo lúgubre avanzó por algunas calles antes de llegar al altar improvisado, levantado justo donde pereció Margarita. Algunos vecinos y transeúntes lo contemplaron y se persignaron al paso de los féretros.

En punto de las 13:00 horas inició la homilía, la cual estuvo envuelta de un sentimiento de pesar. Los ahí reunidos tenían rostros por demás desencajados y ojos rojos, hinchados de tanto llorar la pérdida de sus hijos pródigos. Los cuerpos inertes, tendidos en féretros de color café miel recibieron la bendición religiosa póstuma.

Las palabras del sacerdote intentaron reconfortar las almas de los deudos, pues quedaron severamente lastimadas con una herida profunda por la muerte de un ser querido. A la fecha no alcanzan a comprender cómo un evento religioso, cuyo único objetivo era celebrar al santo patrono, en segundos se convirtió en tragedia.

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Las campanas hicieron lo propio, su sonido anunciaba agonía en el pueblo y se combinó con los rezos del presbítero en tono grave en un ambiente de dolor. “Con los pies en la tierra y el corazón en el cielo, debemos unirnos como pueblo y levantarnos de esta desgracia. Debemos edificar el templo”, resaltó el párroco.

Dan sentido adiós a Ignacio y Margarita víctimas de la explosión de Tetlatlahuca. Foto: César Rodríguez | El Sol de Tlaxcala

No es una desgracia, debemos aprender de ella y verla como aprendizaje. No debemos guardar resentimientos, el incidente pudo estar en las manos de cualquiera. Tal vez nuestra fiesta patronal no sea como la de otros años, sin bailes populares, pero debemos sobreponernos y unirnos como pueblo para salir adelante, conminó el religioso.

El momento más emotivo fue cuando llamó a los familiares a rodear los ataúdes y enviar un mensaje interior para quienes caminan entre las fauces de la muerte. Las lágrimas de los deudos rodaron, abrazaron las cajas y recostaron la cabeza para cuchichear un último mensaje.

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Dan sentido adiós a Ignacio y Margarita víctimas de la explosión de Tetlatlahuca. Foto: César Rodríguez | El Sol de Tlaxcala

Después de dos horas y media de plegarias, rezos, aplausos y porras procedieron a depositar los cuerpos en la tierra que los vio nacer y ahora los cobija en su descanso eterno. El mariachi entonó las notas más tristes. Ya eran las 15:50 horas cuando se concretó el último adiós por parte de los familiares.

 

 

El clima era soleado, pero la tierra del cementerio, húmeda por la lluvia que recibió el día anterior. Familiares, amigos, parientes y personas que estimaban a los difuntos nuevamente se congregaron alrededor de las fosas, se trató de un momento íntimo, envuelto de profundo dolor. Soltar, dejar ir a quien en vida regaló momentos gratos o maravillosos, nunca se está preparado para ello.

Ofrendar flores es el último gesto de la humanidad ante la pérdida de tu amigo, pareja, padre, madre, hermano, tío, sobrino, primo o cual fuera el papel que te tocó vivir, pero compartiste alegremente.

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Coronas y arreglos florales multicolores adornaron las tumbas, pero resaltaron las cruces clavadas en sendos montículos de tierra, cuya leyenda en el centro decía: “Aquí descansan los restos de Margarita N., recuerdo de sus hijos y nietos”, “Aquí descansa en paz Ignacio N,”.

  • 2 personas perdieron la vida el cinco de agosto a causa de una explosión de pirotecnia, en San Bartolomé Tenango, municipio de Tetlatlahuca.

Girasoles, rosas, margaritones, concadores, nubes, gladiolas, blancas, rojas, rosas, amarillas, multicolores se apreciaban alrededor de las recientes tumbas creadas para el eterno descanso de los acaecidos.