Con apenas 25 años de edad, Octavio N., de oficio tahonero, tuvo la oportunidad de su vida para ocupar el papel principal durante la representación de la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo, durante el Viacrucis del año 2019, en el municipio de Contla de Juan Cuamatzi.
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Por meses, el joven se preparó arduamente para escenificar al hijo de Dios con el papel de Jesús de Nazaret.
Empero, nunca pensó que después de aquella noche, su imagen sería tendencia nacional e internacional.
Y es que ese Jueves Santo sus diálogos no salieron como los había ensayado ante la incongruencia de sus palabras y a la pérdida en la capacidad de coordinar sus movimientos corporales.
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A partir de ahí, Octavio N. se convirtió en el “Yisus” de Contla, mote que ha cargado a través de los años, como un calvario de una crucifixión real.
LA HISTORIA
Aquel 18 de abril de 2019, en el parque central de Contla, todo estaba listo para la representación de los pasajes bíblicos y el público comenzó a conglomerarse en la explanada ubicada frente a las escalinatas de la parroquia de San Bernardino de Siena.
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Era una noche agradable, sin mucho frío, recuerdan algunas de las personas que presenciaron la representación.
Ahí, el hijo de Dios, personificado por un joven de complexión delgada, vestido de túnica blanca y banda roja, fue el centro de atención.
Entre los momentos más amargos en la experiencia de Octavio y recordados por la gente, fue el diálogo de una parte de la sagrada escritura.
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“Pedro, yo te digo, antes de que cante el gallo tres meses, tú me habrás de negar”, dijo el actor en el papel de Jesús de Nazaret, siendo lo correcto: “antes que cante el gallo, me negarás tres veces”.
También en un extracto del evangelio de Mateo: “soy yo, pero deja de ir a estos, como un ladrono o un ladrón me has venido a aprender con pablos y espadas”, en vez de “¿por qué habéis venido a buscarme con espadas y garrotes, como si fuera un ladrón?”.
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Ese día, la representación siguió hasta el final, nadie detuvo la representación que causaba risas del público presente, tal vez porque nadie se imaginó que al día siguiente Octavio y Contla serían la burla de la sociedad.
SU VERDAD
En charla con El Sol de Tlaxcala, Octavio N. contó su verdad, con el deseo de que la crucifixión que vive hacia su persona termine.
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Año con año, Semana Santa que transcurre, el joven, hoy de 30 años de edad, revive el tormento del año 2019.
A un lustro de esa fecha, dice categórico hacia todas aquellas personas que lo llaman con el sobrenombre: no soy Yisus, soy Octavio.
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De esta manera, el joven que actualmente trabaja en una fábrica textil y que complementa sus ingresos con el oficio de tahonero, autorizó a este Diario a publicar su versión.
Él, como padre de familia, busca que esa historia no resucite año tras año, para no interferir en los sentimientos presentes y futuros de su pequeña hija.
Por primera vez y única, dijo, hablará públicamente, después de que televisoras y periódicos nacionales lo buscaron en aquel año.
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En ese entonces rechazó ofertas económicas para contar su historia, pues vivía un trauma que poco a poco ha superado.
Incluso, narra, la gente acudía a su hogar donde tiene su panadería, sólo por el morbo de conocerlo, “eso sí, vendí más pan en ese tiempo”, comentó entre sonrisas.
Hoy, sin ningún compromiso, abre su corazón y lo expone al Diario de los Tlaxcaltecas.
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¿QUÉ PASÓ AQUEL DÍA?
A decir de Octavio N., como a cualquier joven de su edad, no es una “monedita de oro” y tiene sus defectos y virtudes, como todo ser humano.
Empero, antes de representar a Jesús de Nazaret, alguien le dio alguna bebida adulterada que causó efectos severos en su organismo, que se agravó más, después de varios días sin comer debidamente, por el nerviosismo, los ensayos y el trabajo.
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Entonces, su actuación fue considerada vergonzosa, como una falta de respeto hacia el catolicismo, también muchos reprochan su actuación en presunto estado etílico, además de que fue objeto de memes y bromas.
A partir de ahí, las redes sociales comenzaron a compartir los videos con el título de “Jesús borracho de Contla”, luego llegó la depresión para Octavio.
Para superar esa barrera, su familia ha sido esencial, quien moralmente lo apoya e inyecta el estímulo para seguir adelante.
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Incluso, a los que considera sus buenos amigos, le han dado trabajo… hay un vecinito [...] que me ha tendido la mano, me ayudó a transformar mi vida, él es un personaje público que mejor evito decir su nombre, pero que le agradezco sus atenciones, dijo Octavio N.
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SE LE APARECIÓ EL DEMONIO, ASEGURA
Debido a los efectos que causó la bebida adulterada que le dieron, que además de divagar en su actuación en la representación de los pasajes bíblicos del Jueves Santo de 2019, también le ocasionaron alucinaciones.
Realmente no sabe el contexto de estos hechos, pero afirma que se le apareció el demonio cuando interpretaba a Jesús.
Y es que en los videos que circulan en las redes sociales se ve a Octavio haciendo diferentes señas, una donde con los dedos de la mano pide que alguien se aleje, otra hace señas de beber.
De esta manera, el joven que hoy más que nunca tiene firme su fe católica, dijo que trató de ahuyentar al demonio.
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Sea lo que haya sido, para mí sigue siendo una experiencia bochornosa que no fue causada por mi propia voluntad, sólo pido paz y respeto, finalizó.
DATO:
Para calmar sus penas internas tras el hostigamiento social, dijo que las autoridades eclesiásticas le brindaron cobijo, incluso afirma haber estado en el Episcopado de México.