El obispo de Tlaxcala, Julio César Salcedo Aquino ofició la misa principal de la festividad de la Preciosa Sangre de Cristo ante decenas de feligreses del municipio de Xicohtzinco.
PIDEN POR EL FIN DE LA PANDEMIA DE COVID-19
En la homilía mostró su devoción, fe y respeto hacia la imagen de Jesucristo crucificado y pidió, como lo hizo en julio del año pasado, por alejar la pandemia y dar salud a las familias.
En un completo orden, el obispo Salcedo Aquino ofició la eucaristía desde el altar de la parroquia de Santo Toribio y santuario de la Preciosa Sangre de Cristo de Xicohtzinco.
Salió al atrio, donde permanecieron los feligreses, en distancionamiento como medida de prevención contra la Covid-19, y a quienes les dio la comunión.
Acompañado por el párroco de la comuna, José Luis Pedro Ruiz, dio gracias porque en 1918, hace 103 años, la pandemia española cedió en el municipio.
Recordó que en julio de 2020 cuando vivíamos momentos difíciles de emergencia sanitaria, vine al santuario como peregrino para pedir por la salud de los enfermos y el fin de la pandemia. Hoy vengo nuevamente para suplicar humildemente tu amor misericordioso para con nuestro pueblo.
El Obispo dio su confianza a la Preciosa Sangre de Cristo para proteger a las personas de toda enfermedad, de la incertidumbre, de la desesperanza, de la falta de trabajo y de la indiferencia.
LLAMADO A LA PAZ
Demandó alejar de nuestras vidas todo aquello que nos divida, que seamos promotores de la justicia y de la paz, que respetemos la vida y la dignidad de las personas, y que cuidemos a nuestros niños, jóvenes, ancianos y enfermos.
Al término de la eucaristía, mayordomías invitadas fueron recibidos por los anfitriones en un área aledaña al atrio. Ahí degustaron los alimentos más de mil personas.
- A pocos metros del templo católico, el grupo de inconformes con los resultados de la elección municipal, también celebró a la Preciosa Sangre de Cristo
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