Arribaron a Santa Cruz Tlaxcalacientos de peregrinos de diferentes partes de larepública Historia de fe se vivieron ayer durantela celebración del Señor del Coro en la Parroquia de la SantaCruz, a donde llegaron cientos de peregrinos procedentes de variaspartes de la república, para agradecer a Cristo crucificado losfavores recibidos.
Al altar mayor del centro religioso llegó Pascuala HernándezAltamirano, y a los pies del Señor del Coro oró por la saludrestablecida de su nieto, quien padecía leucemia, pero que afinales del año pasado los médicos de la clínica del IMSS de SanJosé, en Puebla, lo dieron de alta. “Sin rastros de laenfermedad”, dijo.
“Desde hace nueve años vengo a Santa Cruz Tlaxcala parapedirle al milagroso Señor del Coro que cure a mi nieto. Y estedía fue diferente para mí, con alegría vengo a darle lasgracias, porque ya está bien de salud, y ahora sí, cuando mequiera recoger a mí, acudiré a su lado satisfecha de ver esemilagro”, expresó la sonriente mujer de 78 años de edad.
En sillas de ruedas, con bastones, andaderas, bicicletas, a pieo en autobús fueron arribando a la Parroquia de la Santa Cruz losperegrinos que eran recibidos a la entrada de la comuna por lamayordomía.
Desde las siete de la mañana se empezaron a escuchar lasprimeras “Mañanitas”, para dar paso a las celebracioneseucarísticas que ofició el sacerdote Donato Zempoalteca Briones,quien brindó la bienvenida a cada peregrinación y los bendijopara su feliz retorno a su lugar de origen.
Más tarde, la imagen del Señor del Coro fue “bajada” delaltar mayor de la Parroquia para llevarla al atrio donde celebraronuna misa masiva para más de dos mil personas.
De Tulancingo, Hidalgo, la familia Bruno Villagrán viajó aTlaxcala en una Combi, que un día se utilizó en el serviciopúblico de pasajeros, ahí, el jefe de familia comentó que en esemismo vehículo, hace 14 años, sufrió un accidente cuando hacíaarreglos a la máquina, “el gato se vino abajo y por poco quedoprensado, sino es por una caja de herramientas que era deplástico, lo sorprendente es que aguantó el peso y me alcanzarona sacar con algunas costillas rotas y contusiones leves”.
“Toda mi vida, desde que tengo uso de razón, porto la imagendel Señor del Coro en el coche, en la cartera, en mi medalla, yocreo que esa fue la razón que una simple caja de plásticoaguantara el peso de la unidad, porque de lo contrario, no loestaría contando aquí. Por eso es que año con año vengo en laCombi con la familia para agradecerle a Nuestro Señor que me hayadado la oportunidad de seguir viviendo”, indicó.
Para Mercedes Venegas, el milagroso Señor del Coro le hapermitido llegar a 96 años de edad “sin dolores ni enfermedades,que más le puedo pedir a Dios, solo que me dé gloria eternacuando ya no esté en este mundo, porque gracias a Él viví todauna vida, no me puedo quejar de nada”, finalizó.