Conforme avanzan las lluvias, cebaderos de temporal de la zona poniente de la entidad esperan buena producción para este año, aunque admitieron que sembrar ya no resulta un gran negocio.
Emilio Roldán Valdez, uno de los productores de Calpulalpan, aseveró que a la fecha las precipitaciones van muy bien, en comparación con el año pasado, pero para la maduración del cereal todavía faltan tres meses.
La cebada tiene un ciclo aproximado de 120 días, desde la siembra hasta la trilla; los meses complicados son julio y agosto, cuando el producto empieza a llenar y si le falta agua pues de nada sirven las buenas lluvias pasadas, refirió.
Mientras fumigaba sus tierras, precisó que le preocupa la entrada de la “canícula”, periodo caluroso más prolongado del año, lo cual afectaría la maduración del producto y el costo se reduciría.
El rendimiento de producción por hectárea, dijo, es variado, por ejemplo, el año pasado registró 800 kilos, pues desde el momento que sembró y nació la semilla, el temporal falló, hubo carencia de agua y las cebadas no maduraron, lo cual propició no recuperar su inversión.
Por otro lado, comentó que le vende su producción a Cebadas y Maltas (Grupo Modelo), así como a Heineken México (antes Cervecería Cuauhtémoc Moctezuma), lo cual garantiza la compra de la cosecha, pero ya no resulta un gran negocio, pues los costos de producción se encarecieron en los dos últimos años y el pago por tonelada es poco.
Para venderle grano a las dos trasnacionales, primero tiene que comprarle la semilla a los grupos cerveceros, la cual este año tuvo un costo de nueve mil 800 pesos la tonelada y, con base al tonelaje adquirido, es el promedio de cosecha que compran las empresas al agricultor.
Explicó que cada tonelada de semilla les alcanza para seis hectáreas, toda vez ocupan alrededor de 150 kilos por parcela, mientras que las cerveceras pagan la tonelada de cosecha en cinco mil 200 pesos, por ello la ganancia es poca.
- Si le vendiera a los acaparadores sus ganancias serían mucho menores, pues pagan barata la producción y lo terminan vendiendo a las malteras.
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