Francisco Calderón Sánchez, investigador del Colegio de Posgraduados del Estado de México, originario del municipio de Atlangatepec, trabaja en un proyecto de producción de huevo agroecológico a base de los recursos locales y con el consumo de maíces criollos.
Las semillas que actualmente ocupa son el púrpura, amarillo y azul, para aprovechar los compuestos químicos que tienen y mejorar las características del embrión.
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Al consumir estos maíces la gallina podrá aprovechar los antioxidantes, los cuales serán transferidos al producto final, con el objetivo de que tenga una mejor nivel nutricional y compuestos funcionales para mejorar la salud.
De acuerdo con el especialista, la intención es utilizar los productos locales para generar alimentos considerados sanos; el proyecto de investigación fue emprendido hace seis meses por estudiantes de Atlangatepec, en la Ciudad de México y Puebla.
Esta iniciativa surgió como parte de una tesis de maestría, en la que de manera inicial caracterizaron los maíces, conocieron sus contenidos, además de utilizar razas de gallinas mejoradas que no cuentan con alteraciones genéticas que puedan afectar los resultados de los experimentos.
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Como parte de una segunda etapa, explicó Calderón Sánchez buscarán utilizar gallinas criollas con la intención de identificar si existen cambios en los resultados y que tanto pueden afectar, aunque actualmente las razas con las que trabajan ya están adaptadas localmente.
Los maíces con los que trabajan son el púrpura originario de Ixtenco, el amarillo proveniente de Atlangatepec y el azul que lo adquieren en San Mateo Ozolco, Puebla, pero también puede ser encontrado en municipios tlaxcaltecas.
Estas semillas son aisladas para su producción, con el objetivo de conocer su fenología y para evitar que se contaminen entre ellos, la intención es saber qué tantas bondades puede tener cada uno para el consumo de la ciudadanía.
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De manera inicial están trabajando con 150 gallinas, actualmente atienden la parte inmunológica, pero entre los cambios que han notado es la coloración de huevo, el perfil de ácidos grasos, con relación al producto comercial.
En un mes estarán dando a conocer los primeros alcances que ha tenido el proyecto, sus beneficios alimenticios y nutricionales.
Con relación al costo en el mercado, refirió que el precio comercial por unidad es dos pesos promedio, el de este producto dependiendo la zona y el nicho de mercado podría alcanzar un valor de cuatro pesos y con entrega de domicilio tendría un valor de seis pesos.
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El investigador Francisco Calderón apuntó que este proyecto en un futuro podría ser de negocio, dirigido principalmente a niños o estudiantes, pues no requiere una inversión importante y los beneficios son amplios.
Añadió que en un gallinero pueden tener hasta 20 gallinas sin problema, con un espacio de dormitorio y área de postura, lo que permite en una sola área contar con toda la línea de producción.