Las diversas afectaciones que ha enfrentado el maguey ponen en riesgo la producción del pulque y auguran su desaparición de la bebida, lamentó José Juan Aragón Guerrero, quien toda su vida se ha dedicado a eso, en Atltzayanca.
Sus abuelos y bisabuelos y ahora sus hijos y nietos se dedican no solo al extracción del agua miel y la producción del pulque, sino también al cuidado del maguey que por muchas generaciones ha sido el sustento familiar. Con tristeza, cuenta a este Diario que el pulque tiene un peligro de desaparecer de hasta un 98%, y que una de las principales razones es que los magueyes se han acabado porque ya nadie los planta.
Al tratarse de una actividad económica de la que él y su familia han vivido durante muchos años, le tiene mucho amor y cariño a cada agave, pues comenta que tienen la misma función que un árbol.
“Antes, como había muchos magueyes, la mayoría de las personas se dedicaba a rasparlos y se mandaba el pulque a México, Veracruz, Puebla, Oaxaca e incluso a Tabasco”, relata.
En entrevista, menciona que hubo una sobreexplotación del maguey que se agravó con el reparto agrario en la época del gobernador de Tlaxcala Emilio Sánchez Piedras, tiempo en la que todos los campesinos recibieron magueyes plantados e instalaron sus propios tinacales, pero que fue un negocio que no resultó puesto que vendían barato el pulque y la planta ya no fue reforestada.
FAMILIA DE MAGUEYEROS
Empero, su familia supo seguir en el negocio y dice que actualmente para la producción del pulque ellos contratan a personas que son los encargados de raspar los magueyes para sacar el aguamiel, los conocidos como tlachiqueros. Ellos, como dueños de los plantíos en alrededor de 40 hectáreas, se encargan de plantar, limpiar, podar y abonar las plantas.
Destilan el pulque que no venden
Don José Juan Aragón Guerrero y su familia aprovechan cada bondad del maguey, y cuando queda algún rezago de pulque que no pudieron vender, lo meten al alambique y lo convierten en alcohol para venderlo como destilado.
En el alambique (es un aparato utilizado para la destilación de líquidos) se echa a hervir y el vapor que sale es el alcohol, lo venden embotellado ya sea por litro o por caja, contó don José Juan.
Y aunque es un trabajo muy laborioso que deja muy poca ganancia, el productor señaló que es una opción que han adoptado para no desperdiciar el pulque, pues se echa a perder en aproximadamente 30 días.
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