De rajas, mole, salsa verde, jarochos y de dulce son los tamales que unas 500 familias elaboran a base de maíces de colores en San Pablo Zitlaltepec de Trinidad de Sánchez Santos.
El inigualable sabor que da el totomoxtle (hoja de maíz) y los ingredientes a base de manteca hacen que los comensales se detengan a degustarlos.
Estos trabajadores del maíz han conquistado el mercado en varias entidades del centro del país y se distinguen porque montan una tamalera y cafetera sobre un triciclo.
Por décadas llevan la delantera en la preparación y venta de esta gastronomía mexicana, lo que representa el sustento familiar.
Trinidad de Sánchez Santos es el municipio con más familias desplazadas migrantes, lo que les ha permitido sobreponerse al rezago social en que vivían.
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También venden tamales en cada esquina de Zitlaltepec -donde está instalado un hidratante de agua limpia de la montaña- se sitúan para esperar a los clientes en la carretera principal.
DULCE GANA 300 PESOS AL DÍA
En la calle 10 Poniente de la cabecera municipal de San Pablo, Dulce María Torres Hernández cumple dos años de vender los “chanchamitos”, que hizo famosos el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador.
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Se trata de un tamal pequeño de forma semicircular, envuelto en hojas de maíz, cuya masa se condimenta con achiote relleno de carne de cerdo o de pollo.
Me gano 300 pesos diarios, vendo 60 tamales en 15 pesos cada uno. Es mi fuerte porque con este trabajo mantengo a mi hija”. Explicó que todos los días acaba con el alimento, “me dan un 30 % del total vendido de rajas, mole, dulce, salsa verde y jarochos
Dulce María Torres, vendedora.
“La Universidad del Bienestar Benito Juárez, Facultad de Medicina en Zitlaltepec con más de mil alumnos fortalece la economía de los tamales”.