Luego de más de una semana de permanecer activo, el siniestro registrado en el centro de la entidad terminó con decenas de especies de flora y fauna distribuidas a lo largo de aproximadamente unas 250 hectáreas de los municipios de Amaxac, Totolac, Xaltocan, Apetatitlán y Tlaxcala.
Se presume que el siniestro fue ocasionado por una quema agrícola originada a la altura de San Damián Tlacocalpan, comunidad del municipio de Amaxac de Guerrero, pero que al salirse de control las llamas se extendieron sobre el territorio de por lo menos cuatro comunas más, y luego de varios días de estar activo alcanzó territorio de San Esteban Tizatlán, Tlaxcala. La madrugada del pasado sábado el fuego se agudizó y se extendió rápidamente en áreas del cerro El Ostol de Tizatlán, en donde ocasionó una afectación a la ecología en más de 70 mil metros cuadrados.
A pesar de la participación de brigadistas de la Coordinación Estatal de Protección Civil del gobierno del estado, de la Comisión Nacional Forestal en estas actividades, de cuerpos de emergencia de los municipios y hasta de ciudadanos, la conflagración no fue detenida, pues las rachas de aire reavivaron las llamas en varias ocasiones y prácticamente se volvió incontrolable para ellos.
Por eso, a las acciones para combatir el incendio se sumaron unos 100 elementos de la 23 Zona Militar quienes activaron el Plan DN-III-E a fin de lograr la sofocación y detener más daños a la vegetación, a matorrales, a pastizales, al arbolado y a animales de esas zonas.
Fue hasta la madrugada del domingo cuando los cuerpos de emergencia apagaron el siniestro en la zona perteneciente al municipio de Tlaxcala.
LOS DAÑOS
- El daño en terrenos del cerro El Ostol de Tizatlán fue ocasionado por tres incendios registrados el pasado sábado: uno en los límites con Amaxac, otro en el centro del cerro y oro cerca de Tepeticpac. El impacto ecológico no ha sido cuantificado, pero se estima que las llamas consumieron decenas de árboles de sabino, encino, ocote y tlaxistle.
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