“El alcoholismo destruye todo, acaba con la armonía familiar y termina con tu vida… la única manera de enfrentar y controlar la enfermedad, es la ayuda mutua”, indica Martín N, coordinador de información de Alcohólicos Anónimos (AA) y miembro del grupo “En busca de la luz”.
Eso sí, indica, la aceptación es la clave para salir del hoyo y levantarse sin miedos hacia un cambio verdadero, que redundará en salud física y mental.
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Con esto, precisa Martín, la sobriedad permite diferenciar la razón, la plenitud, paz y armonía con uno mismo, que luego se transmite al ámbito familiar y social.
Y es que este 10 de junio se cumplen 88 años de la fundación de Alcohólicos Anónimos, organización mundial que nació en la ciudad estadounidense de Akron, Ohio, cuando sus iniciadores Bill W. y el Dr. Bob dejaron la bebida.
En Tlaxcala en esta fecha los miembros de AA buscan transmitir el mensaje para que llegue a los alcohólicos que sufren de la enfermedad, informa Dian N, también coordinador de información e integrante del grupo “Regalo de Dios”.
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Para ello, integrantes de diferentes grupos de AA del área Tlaxcala, que incluyen parte de la sierra de Puebla como Zacatlán de las Manzanas y Tetela de Ocampo, narraron a El Sol de Tlaxcala sus experiencias.
De esta manera, Pedro N, del grupo “En busca de la luz”, detalla que vivió etapas difíciles durante el alcoholismo, empero, dice: “hoy vivo una tranquilidad conmigo mismo y con la familia, sin causar daño a los seres queridos”.
Asimismo, el hombre de 60 años y 10 años de sobriedad, resalta que el grupo de ayuda mutua de AA lo ha llevado a adquirir una responsabilidad dentro de él: “Se ha logrado la confianza de la propia familia, porque yo llego a Alcohólicos Anónimos literalmente sin familia, por mi manera de beber”.
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Por su parte, Josué N, del grupo “Legado de vida”, platica que “se había tirado al alcoholismo” y tomaba “ocho por ocho”, es decir a diario.
“Estaba a punto de perder a la familia, y por la gracia de Dios no la perdí, después de tener problemas con mis padres, me pasan la información de Alcohólicos Anónimos… y después de tantos juramentos que había tenido, acepto ir a AA, y luego me doy cuenta que después de un mes, mi vida iba mejorando día con día como persona”, dice Josué, de 37 años de edad y dos años y medio de sobriedad.
Músico de profesión, testifica que al principio fue difícil dejar la bebida, pero después, “te das cuenta que no necesitas unos tragos para hacer un buen trabajo, tener amigos o hablar con la gente”, expresa.
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Mientras que Aarón N, de 54 años de edad y 14 meses de sobriedad, del grupo Tetzotzocola ubicado en la comunidad de Belén Atzitzimititlán, explica que después de llegar a AA, su vida cambió: “Antes era un infierno, hoy, gracias a la ayuda mutua, es un paraíso”. Ahí, asegura, se pueden consolidar acciones que uno solo no puede hacer, el Poder Superior, como cada quien lo conciba, “es el que da la pauta para sanar muchas heridas, que si no se sanan sigues en el infierno”, reflexiona.
El apunte
Abstinencia y sobriedad son términos diferentes, el primero cuando la persona deja el consumo del alcohol y la sobriedad significa vivir en continuo crecimiento personal al aplicar la recuperación “solo por hoy”.