San Judas Tadeo es considerado “patrono de las causas perdidas” y, por eso, es infaltable en los hogares católicos.
Es venerado en el comercio, en hospitales y en casas donde se dedican a tratar enfermedades crónicas, por eso, a la familia Velázquez se le acumuló el trabajo en la restauración de imágenes de yeso, fibra de vidrio, cera y muy antiguos a base de madera en el municipio Apizaco.
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Guillermo Velázquez Ruiz cumple la tercera generación de restaurar imágenes religiosas del Niño Dios y la Virgen María, son las que más reciben. A unas semanas de la celebración de San Judas Tadeo (28 de octubre), los restauradores unen las piezas rotas del primo hermano de Jesús y les dan color, los precios de restauración van de los 200 a los 500 pesos, según del daño y tamaño de la figura religiosa.
“Mi esposa Verónica Drago y yo somos la nueva generación, dejamos la brocha por el aerógrafo, tenemos clientes para cada temporada, pero no alcanza para pagar la renta, así nos vamos a promover a través de las redes sociales”, expresó.
Dijo que a partir del próximo mes, trabajarán con sus clientes al número telefónico 241 126 8704 y en la cuenta de Facebook “Restauración de Imágenes Casa Tere” en Apizaco. “En 1989 le hicieron un reportaje a mi abuelo Eduardo Velázquez, él le enseñó el arte a mi padre Guillermo Velázquez y él nos transmitió el arte a mi hermano Eduardo y a mí”, recordó.
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Ya que los productos hechos en China llenaron el mercado de imágenes religiosas a base de poliuretano, señaló que esto les disminuyó el potencial de clientes, “algunos de ellos las dejaron en el taller y nunca más regresaron”.
ES VENERADO EN TEPEYANCO
Después de la pandemia, una figura de San Judas Tadeo fue elaborada en San Martín Texmelucan, Puebla, y ahora viaja a diferentes puntos de la república mexicana, incluso, hasta los Estados Unidos.
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En el municipio de Tepeyanco, cada 28 de octubre, un abogado le hizo un altar en su domicilio y le celebran con misa de medianoche, peregrinación, carnitas de puerco al otro día y baile popular.
El 13 de agosto de 1521, Hernán Cortés ordenó edificar una ermita a San Hipólito y San Casiano, para conmemorar a quienes cayeron en la batalla de la conquista. Fue en 1950 cuando se integró la imagen de San Judas Tadeo y, tras ser considerada una figura que realizó milagros a los creyentes, fue designada para venerar al “patrono de las causas perdidas”, reveló el sacerdote José de Jesús Aguilar Valdés.