Confirma titular de la ComisiónEstatal de Seguridad que un pleito familiar y desinformaciónprovocaron la violenta turba
Moisés MORALES y Karla MUÑETÓN
El titular de la Comisión Estatal de Seguridad (CES) Oreste deJesús Estrada Miranda, confirmó a este Diario que ladesinformación tras un conflicto familiar en el barrio El Cristo yel rumor del supuesto secuestro de dos menores de edad desató laturba registrada la noche del 25 de diciembre en San Pablo delMonte.
Al emitir un balance del saldo de la “noche negra” en elmunicipio sureño de la entidad, indicó que al momento secontabilizan cuatro unidades oficiales dañadas en su totalidad,tres edificios municipales saqueados, entre ellos una oficina delservicio postal, seis policías heridos, uno de ellos de gravedad yvandalismo en la casa del alcalde José Isabel RojasXahuentitla.
En entrevista con El Sol de Tlaxcala a susalida de una reunión que sostuvo con el gobernador del Estado,Mariano González Zarur, el mando policiaco aseguró que por estoshechos ya se iniciaron las debidas investigaciones para castigar alos responsables y sentenció que no quedarán impunes.
Reconoció que la CES y la policía municipal se vieronrebasados por mucho en número por los más de mil 500 enardecidospobladores, además de que pese a solicitar refuerzos para contenerel orden, la Gendarmería y elementos del Ejército Mexicanoacudieron en auxilio por la mañana, es decir, después de más deocho horas de haber iniciado los disturbios.
Elementos de seguridad estuvieron a punto de serlinchados
Oreste Estrada relató que efectivos asignados a la delegaciónde San Pablo del Monte acudieron a un domicilio donde lesreportaron la desaparición de dos menores de edad y al llegar yase encontraba un grupo de pobladores reunidos, quienes de inmediatocomenzaron a agredirlos y rompieron los cristales de una patrulla,para después volcarla y prenderle fuego.
Más tarde se supo que los menores (de quienes se reserva suidentidad por motivos legales) ya habían regresado a su domicilio,luego de llevárselos su tutor, quien sostuvo una acaloradadiscusión con su madre.
No obstante, los rumores de que se había tratado de unsecuestro corrieron “como pólvora” entre quienes seencontraban a unos cuantos metros en un baile popular, por lo quese apostaron varios de los asistentes en el domicilio, algunos enestado de ebriedad, para iniciar con los disturbios en contra de labiblioteca virtual de la presidencia de comunidad.
Además, golpearon y privaron de su libertad a cinco elementosde seguridad, con la amenaza de lincharlos.
Uno de los efectivos presentó traumatismo craneoencefálico,pero tras algunas negociaciones se logró que fuera liberado ytrasladado al Hospital General de la Secretaría de Salud, ubicadoen la capital, donde su estado de salud se reporta como grave.
En tanto, otro efectivo más fue hallado golpeado en el interiorde una barranca adjunta a la escuela secundaria ubicada en la mismapoblación, el mismo que al ser buscado por horas fue rescatado porlos mismos pobladores para que recibiera atención médica.
“Como institución de seguridad actuamos con prudencia porquefuimos rebasados en número, una turba es difícil de contener yamenazaban con quemar a nuestros compañeros retenidos, por ello nointervenimos para rescatarlos y dimos pie a la negociaciónmediante el diálogo… en este momento la gobernabilidad estáretomada”.
Estrada Miranda consideró que por tratarse de la Navidad, muchagente estaba ebria en las calles y por ello fue difícil contenersus impulsos, además de que tienen muy presente acontecimientoscomo la desaparición de la menor Karla “N”, entre otros casosexpuestos, lo que desató la ira de la gente.
“El alcohol fue una de las principales causas de los desmanes,la gente andaba con los ánimos calientes al grado de colocarbarricadas y armar bombas molotov, por ello buscamos la manera deno exponer la vida de los compañeros policías”.
En este momento el lugar se encuentra acordonado y resguardado,además de que se prevé una transición de gobierno en calma.