Con saldo blanco terminó la apodada “Tocatlanada” que cerró la feria en honor la Virgen de la Asunción, patrona de la comunidad católica del municipio de Tocatlán.
Fueron cuatro vaquillas del Rancho Cristo Negro, enclavado en Tetla de la Solidaridad, las que liberaron por dos horas en la calle Benito Juárez.
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Todo comenzó después de 60 minutos de retraso, y fue a las 13:00 horas cuando los caporales abrieron la puerta del primer cajón.
Desde lo alto de la plataforma del camión que transportó al ganado saltó el primer astado hacia el adoquinado, ahí comenzó a fluir la adrenalina por el cuerpo de poco más de 100 improvisados toreros.
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A lo largo de aproximadamente 500 metros, el encierro fue un ir y venir, hasta que soltaron al segundo torillo, que sorprendió de espaldas a los osados corredores, pero por fortuna el animal pasó de largo a escasos centímetros de al menos 20 “tocatlaneros”.
Con un becerro y un torillo sueltos en la calle, que por su instinto animal se seguían uno al otro, más que seguir a los humanos, buscaban refugio.
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Durante ese trance, los caporales decidieron soltar a la tercera vaquilla de nombre “Enana”, para incrementar la emoción a la “Tocatlanada”, que después de dos años de suspensión por la pandemia regresó con nuevos bríos.
Ahí, elementos de Protección Civil y paramédicos locales y del municipio de Atlangatepec, que acudieron a brindar apoyo, estaban a la expectativa en cada costado del largo del circuito.
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Ahora sí, con tres astados subió la emoción y el riesgo, como lo vivió un joven, que con cerveza en mano, uno de los animales lo embistió por la espalda, pero logró salvar su integridad al resguardarse en uno de los espontáneos burladeros, aunque su bebida no la salvó.
Después de hora y media del encierro, el clímax llegó cuando liberaron a la “Chiva”, una vaquilla de 20 meses de edad, que no solo hizo sufrir a los corredores, sino a los propios caporales, que en más de una ocasión tuvieron que correr para librar la fuerza del animal.
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Así, después de que todo comenzó con un sol quemante y terminó con cielo nublado, los astados regresaron a sus cajones, uno por uno, donde al menos 15 personas participaron para lograr subir a los pesados animales.
Al final, fue saldo blanco, pero no para una de las vaquillas que terminó con una herida sangrante en su morro (hocico o punta de nariz), después de que resbaló y pegó en un burladero. También se lesionó su pata trasera derecha.
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En todo momento, elementos de Protección Civil y paramédicos locales y del municipio de Atlangatepec, estuvieron alertas para responder ante cualquier eventualidad.
- 2 horas los burladeros improvisados soportaron el peso de las personas y los golpes de las vaquillas, en la calle Benito Juárez.
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