“Gracias Apizaco y gracias a todos; se cierra un ciclo, pero no se quedan solos. Nos seguiremos viendo”, expresó el padre Adrián Gutiérrez Pérez al oficiar su última misa como párroco de la basílica de Apizaco este domingo, con lo que culminó 15 años de dedicación y servicio a la comunidad bajo ese cargo.

Con una iglesia llena de feligreses, amigos y familiares, el padre Adrián se despidió con un emotivo mensaje al rememorar los personajes religiosos que han dejado un legado importante en la ciudad, de los cuales asegura se deben tener presentes todos los días. “De los párrocos que recuerdo con mucha gratitud son Marcial Águila, que entregó su vida a Apizaco, y Vicente Segura, que trajo la escuela Nicolás Bravo. Como pastor, les pido que apoyen a quien se una próximamente”.

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SU LEGADO

Durante su tiempo al frente de la parroquia, el padre Adrián mostró un particular entusiasmo para preservar la belleza del templo, de manera que su labor de la última década estuvo encaminada a la decoración interna con hojas de oro, así como en la rehabilitación de la construcción luego del sismo de 2019.

Como parte de su proyecto de restauración, al interior del templo y sobre todo en la parte superior, fueron reconstruidas de algunas molduras ya dañadas por la humedad, así como la cubierta superior de petatillo que también fue impermeabilizada.

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En ese tenor, hizo un llamado a reconocer el valor estético del lugar sin perder de vista el de servicio. “Les encargo esta parroquia que es única en el estado y en la diócesis; pero no descuidemos el templo vivo y lo que representa”.

Sus sermones, cargados de sabiduría y empatía, resonaron en los corazones de muchos, por lo que se convirtió en una figura querida y respetada en Apizaco. Entre los regalos que recibió al final de la ceremonia, el Comedor Vicentino le entregó un reconocimiento por “su apoyo durante el tiempo de pandemia”, que fue crucial para ellos.

Cabe recordar que el religioso ha sido premiado en varias ocasiones por su servicio social y no sólo en Apizaco. En 2019 recibió la presea al mérito ciudadano en Chiautempan, de donde es originario. Entre otras razones, le fue otorgada porque siendo apenas un niño fue seleccionado para asistir a una reunión con el entonces presidente Adolfo López Mateos, a quien planteó la urgencia que tenía la comunidad de Cuahuixmatlac de construir presas que se detuvieran las torrenciales aguas que bajan de la Matlalcueyetl. De esta forma, logró que por primera vez en la historia un presidente de la república llegara a una comunidad y atendiera sus problemáticas.

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INICIA UNA NUEVA ETAPA

En cuanto a su mensaje de fe, Adrián Gutiérrez Pérez sostuvo que las bendiciones de la santa patrona perduran a través del tiempo. “Esta ciudad está dedicada a la Virgen de la Misericordia, que nos seguirá cubriendo con su manto. Lo más grande que se queda con ustedes es Jesús vivo al alcance de Apizaco”.

Al final de la misa, una ovación de pie y lágrimas de despedida reflejaron el cariño y nostalgia de la comunidad, que le deseó salud y éxito en sus nuevas encomiendas. El padre Adrián, visiblemente emocionado, agradeció a todos los presentes y reiteró su compromiso de seguir sirviendo a la Iglesia, aunque ahora desde otro lugar.

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La basílica de Apizaco inicia así una nueva etapa en la que el padre Manuel Zamora será recibido como nuevo párroco el próximo miércoles.

• Cabe recordar que el religioso ha sido premiado en varias ocasiones por su servicio social y no sólo en Apizaco. En 2019 recibió la presea al mérito ciudadano en Chiautempan, de donde es originario.