Bajo el argumento de que no tiene placas para circular y contamina el ambiente, el municipio de Apizaco suspendió las actividades al carrusel (trenecito) que, durante casi 40 años, fue un atractivo turístico para los niños en el parque Cuauhtémoc.
Enfermo de diabetes, Sergio Rodríguez Alegre, quien tuvo la creatividad de diseñar artesanalmente este juego mecánico en la década de los ochenta, solicitó la intervención del alcalde Julio César Hernández Mejía para que le permitan circular.
“Es la única fuente de empleo con la que mi hija me sostiene porque soy hipertenso, en fines de semana nos ganamos la vida, pero llevamos semanas sin salir”, expresó el veterano de 78 años.
Fue en el período 1983-1985 cuando el entonces alcalde Moisés Barceinas Paredes, extendió el permiso por tiempo indefinido a Sergio Rodríguez, hijo de ferrocarrileros.
Desde entonces, cada administración en turno ratificaba a este apizaquense los permisos para circular en fines de semana y días festivos.
Sin embargo, la actual administración, bajo la instrucción del secretario del Ayuntamiento, Edgar García, suspendió la operatividad y con ello se acabó la diversión infantil.
Sergio Rodríguez anunció que ha solicitado el amparo de la Justicia para que le devuelvan lo que le pertenece.
Y mientras el caso se dirime en los juzgados, en la plaza Cuauhtémoc, en fines de semana, la dirección de Servicios Públicos permite la instalación de ambulantes que exponen a los visitantes con cilindros de gas LP.
Por su parte, Edgar García Gutiérrez, secretario del Ayuntamiento, señaló que en cumplimiento al Plan de Movilidad Urbana, es que tomó la decisión.