Hasta hace una década, don Jorge López Montiel y doña Leonila Romero Linares, trenzaban en sus manos tule con hilo de ixtle de maguey, para darle forma a los petates.
En el ejido El Salado, de Santa Justina Ecapetec, Ixtacuixtla, con este oficio la pareja pudo darle alimentos y escuela básica a sus siete hijos.
De hecho, elaboraban diez piezas cada semana para venderlos de casa en casa en varias poblaciones de Tlaxcala. Fue en 1955 cuando don Jorge comenzó este oficio que está por desaparecer, pues las nuevas generaciones lo han abandonado por no ser redituable.
El veterano de casi 90 años, -nació el 11 de abril de 1932-, rememoró que en sus burros cargaba los petates para venderlos en Chiautempan, Teolocholco y Zacatelco. "Antes estaban baratos pero se vendían mucho, el matrimonial en siete pesos y el individual en 3.50, ahora cuestan 300 pesos pero ya no los compran", expresó.
Dijo que el oficio de tejedor de tule está por extinguirse pues en las ciénegas la contaminación acabó con el tule y el maguey.
Comentó que durante seis décadas se dedicó a este oficio y hasta adquirió fama pues le compraban en su propio domicilio. Relató que inicialmente utilizaban el tule de los canales de los pueblos aledaños, pero después fueron a extraerlo de la presa Atlangatepec.
Sin embargo, expuso que las enfermedades le impiden caminar a su edad, eso sí, afirma que se sostiene al lado de su esposa con la pensión universal que recibe del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador.
López Obrador nos prometió la pensión y está cumpliendo, pensé que me iba a morir sin verlo llegar a la Presidencia, diario veo las conferencias que trabaja hasta los fines de semana
Jorge Montiel / Tejedor
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