Son las 20:00 horas y poco a poco la feligresía comienza a reunirse en las inmediaciones a la Villa de la Virgen del Carmen, en Tequexquitla. Tras dos años de espera por la pandemia, el viernes amaneció soleado y la noche es fresca, con un clima ideal para la elaboración de tapetes en la víspera de la celebración religiosa.
Y es que la población está ávida de fiestas y espera con fervor este evento; desde hace una semana la economía está activa.
Y la oscura noche, se ilumina con decenas de globos de papel de china. Es la primera llamada. A esa hora, las calles estrechas de la céntrica población, lucen impecables, adornadas con aserrín pintado con anilina y flores naturales. Las manos artesanales de hombres y mujeres, plasman el rostro angelical de la Virgen.
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Una muestra previa de la “Noche en que nadie Duerme”, el próximo 15 de agosto en Huamantla.
A las 21:55 horas, ya se escuchan las mañanitas interpretadas por el mariachi, una primera gruesa de cohetes causa estruendo en el cielo. Infantes ataviados de arcángeles y de Marías, protegen el paso de la imagen adorada; un grupo de doncellas con bailes prehispánicos hace reverencia.
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En punto de las 22:30 horas, suenan con más fuerza las salvas de cohetes, entonces, desde la villa, aparece la Virgen adornada con tres monumentales coronas de rosas naturales.
La multitud comienza con los cánticos, sabe a lo que viene; respeta los tapetes al paso de la madre de Dios, acompañada de varios religiosos. “Es una noche mágica, llena de paz y amor… ¡viva la virgen del Carmen!”, grita una mujer cerca del templo de la Campana que data del siglo XIX.
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Las calles de la población de unos 20 mil habitantes, están repletas de personas que esperan el paso de la Reina de los Cielos. Es imposible pasar en algunas zonas.
Arriba, la noche se ilumina con bombas que forman cascadas con la pólvora, abajo, parece de día, con lámparas de energía solar traídas de Tepito, donde trabajan muchos de los pobladores de ese municipio. La procesión se hace más lenta porque los lugareños queman castillos con letras de Carmen en cada esquina.
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Y es que, desde hace más de un siglo, los católicos recorren las calles. Iniciaron un recorrido de tres horas, ahora es de ocho.
De acuerdo a sus organizadores esto ha crecido tanto que, ahora, por todas las calles y privadas con tapetes, pasa la Virgen. Este evento religioso lo hace la gente que desde hace muchos años, cree en la Virgen, aunque la promoción corrió a cargo del Ayuntamiento de Tequexquitla en su página de Facebook.
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ADORNAN 13 KILÓMETROS CON TAPETES
No exageramos, pero esta acción de fe es muy grande, son 13 kilómetros de tapetes, presume Alejandro Bonilla Ramírez, síndico municipal, quien observa sentado desde una silla de ruedas.
Explica que aunque llueva o haya mal clima, siempre se realiza la procesión que visitan miles de personas de otros lugares. -¿Quién falta? -Pregunta una mujer -Los tres sacerdotes que murieron por Covid-19, responde su hermana.
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En medio de las condiciones adversas por la quinta ola de la variante Delta, la procesión de Tequexquitla se ha convertido en una acción de devoción, un lugar seguro, aunque la mayoría ya no porta el cubrebocas.
Son las 06:00 horas del 15 de julio, la virgen del Carmen ha recorrido toda la población, antes de regresar a su nicho en el templo.
Aquí, la fiesta continúa, la noche mágica quedó atrás, hay pirotecnia, música y una riqueza en la gastronomía regional.
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Atrás, muy atrás, un grupo de personas barre los residuos de anilina de los tapetes, para evitar que estos se vaya a las alcantarillas y contaminen los mantos acuíferos.
- En medio de las condiciones adversas por la quinta ola de la variante Delta, la procesión de Tequexquitla se ha convertido en una acción de devoción, un lugar seguro, aunque la mayoría ya no porta el cubrebocas.
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