En el tianguis sabatino de Tlaxcala las personas pueden encontrar cualquier tipo de mercancía que se les ocurra y necesiten.
Ropa, zapatos, juguetes, mochilas, verduras, frutas, utensilios de cocina, aparatos electrónicos, herramientas, celulares, hierbas para todo mal, carbón, pulque, animales de traspatio y de granja, son algunas de las cosas que en ese mercado sobre ruedas pueden ser adquiridos.
Es en la entidad el tianguis más antiguo, pero también es uno de los más viejos que hay en el país y existe desde muchos años antes de la llegada de los españoles a América.
Desde entonces, con el famoso “trueque”, el ahora tianguis sabatino ha cambiado de ubicación por lo menos en cuatro ocasiones.
Son más de 400 comercios de distintos giros colocados todos los sábados sobre el pavimento y aceras de varias calles aledañas al mercado municipal “Emilio Sánchez Piedras”, de la capital tlaxcalteca.
Familias enteras avanzan entre el bullicio generado por los vendedores con su típico “pásele güerita”, y la música de quienes se dedican a la venta de discos compactos, pero que también ofrecen las canciones en memorias USB.
Personas de todas las edades caminan también entre los colores de las frutas y verduras de temporada y las llamativas lonas que colocan para cubrirse de las inclemencias del tiempo; entre el olor de los tamales, de las carnitas, de la cecina asada, de la carne que se fríe y de la barbacoa que se cocina entre pencas de maguey.
Cada sábado, cientos de personas acuden al tianguis de la capital para surtir su despensa semanal, pues ahí pueden hallar todo: recaudería, carnes y pescados, lácteos, abarrotes, semillas y hasta hierbas con propiedades medicinales.
A ese sitio no solo acuden las amas de casa, también lo hacen los señores que van en busca de herramientas, aparatos electrónicos o simplemente para “chacharear”.
Los más jóvenes están seguros de que ahí podrán reparar su dispositivo electrónico, comprar alguna pieza, discos para su videojuego o adquirir a precio accesible algunos zapatos de marca.
Mientras que buscan y compran, los clientes se detienen en los puestos de comida, de botanas, de fruta preparada o con el ambulante que ofrece bebidas para refrescarse, alimentarse y seguir su andar.
Para hacer sus compras las personas acuden con sus “diablitos”, con sus bolsas de mandado, bolsas de asa o costales, y si no tienen una en el tianguis podrán comprarla.
HAY ZONAS
Para hacer más fácil la compra de las personas, el tianguis sabatino está divido por secciones: de ropa, de abarrotes, de frutas y verduras, carne y pescados; puestos de comida; ropa de paca, venta de animales, artículos usados y herramientas.
UNA PEQUEÑA GRANJA
Cada sábado, sobre la avenida “Emilio Sánchez Piedras”, junto a la rivereña, las paradas del transporte público se convierten en pequeñas granjas en donde son exhibidos -para su venta- borregos, caballos, vacas, gallos de pelea, gallinas, guajalotes, conejos y pollos de engorda.
El precio de los animales varía según la especie y el tamaño, pero hay quienes todavía practican el trueque y pueden cambiarlo por algún artículo de interés del vendedor.
LA HISTORIA DEL TIANGUIS
Cesáreo Teroba Lara, cronista municipal de Tlaxcala, explicó que el tianguis ya existía desde la época prehispánica, estaba instalado en Ocotelulco y era muy importante en la región que, incluso, el conquistador Hernán Cortés, en su segunda carta de relación al rey de España, lo describió tan significativo como el de Tlatelolco.
Añadió que ese tianguis permaneció en ese sitio hasta que fue fundada la Ciudad de Tlaxcala, pues fue trasladado a la parte sur de la ciudad (en la esquina de lo que ahora son las calles Porfirio Díaz y Diego Muñoz Camargo).
Añadió que luego pasó a donde ahora está la Plaza Xicohténcatl, que muchos años después estuvo atrás de la Parroquia de San José y que durante el sexenio del gobernador Emilio Sánchez Piedras (1975 a 1981) fue trasladado al sitio donde ahora se ubica, en las inmediaciones del mercado municipal que lleva el nombre de ese mandatario estatal.
CALLES OCUPADAS
La instalación de algunos comercios inicia desde la noche del viernes.
Prácticamente las 24 horas del sábado son ocupadas por los comerciantes informales que se instalan en gran parte de la avenida “Emilio Sánchez Piedras” y sobre las calles “Guillermo Barroso”, “Alonso Escalona”, “Miguel N. Lira” y “Zitlapopócatl”.
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