La algarabía inundó las calles del municipio de Tepeyanco, los cohetones y la música de viento anunciaban que en la demarcación se desarrollaba la tradicional Feria de las Cazuelas, que ocurre cada 20 de enero y que se ha convertido en una celebración de unión familiar.
Esta festividad en honor a San Sebastián Mártir muestra la unificación y la solidaridad de un pueblo, pues unas 300 familias participan para ofrecer tradicionales antojitos a todos los visitantes que acuden a venerar la imagen.
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EL ORIGEN
Este año, la mayordomía de la feria correspondió a Azael Rivera Delgado, quien en conjunto con su familia invitó a un aproximado de 300 personas a participar en los preparativos y la celebración.
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Comenta que no tienen la fecha exacta de origen de la celebración, pero sus antecesores narraban que, en 1932, un hacendado sufrió un accidente y estuvo a punto de perder la vida, por lo que se encomendó a San Sebastián Mártir y en agradecimiento le rezó un rosario y organizó una fiesta en su honor.
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Para organizar la fiesta pidió el apoyo de sus vecinos, quienes llegaron con cazuelas llenas de alimentos para repartir entre los asistentes, y de ahí surgió la tradición de más de 90 años.
LA FESTIVIDAD
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Desde temprana hora, la mayordomía que organiza la feria lleva las tradicionales “Mañanitas” a San Sebastián Mártir, y más tarde una celebración eucarística para agradecer todos los favores recibidos durante el año.
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Concluida la eucaristía, el mayordomo y una comisión llevan en procesión a la imagen del santo al exterior de su vivienda y lo colocan en un altar, para que todos los visitantes la puedan apreciar.
Una vez colocada la imagen en el altar, parte con vecinos y amigos, la banda de viento y los coheteros para “recoger” las tradicionales cazuelas. Es decir, acuden a los domicilios de las familias que fueron invitadas a participar en la festividad a lo largo del año, para que al ritmo de la música en procesión acudan a la vivienda del mayordomo y repartir los antojitos preparados.
Aunque en el camino para “recoger” a las cazuelas se pueden escuchar distintas melodías, al salir la familia con su cazuela bellamente adornada con flores, frutas o globos, lo hace al ritmo del Xochipitzahua, así lo marca la tradición.
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Por la tarde, llegan a la casa del mayordomo con la comida que obsequiarán, sin embargo, este año los comensales aportaron una cooperación voluntaria en apoyo a las familias que participan.
En las mesas que se colocan para compartir los alimentos se pueden encontrar guisos variados como mole, pipián, tortas preparadas, caldo de camarón, carnitas, pozole, así como el tradicional cacao, agua de sabor, pulque, entre otros alimentos.
Cada familia participante invierte la cantidad que determina, pero puede ir de los dos mil a tres mil pesos, y en algunos casos superar los ocho mil pesos.
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Azael Rivera Delgado comentó que cada año esta tradición causa mayor asombro, y es por eso que en esta edición se sumaron algunos vecinos de Chiautempan, Zacatelco y la capital tlaxcalteca, para donar algunos antojitos.
- 300 familias participaron en la edición 2023 de la festividad.
PROCESIÓN
- Por las principales calles de Tepeyanco desfilaron las familias con sus cazuelas bellamente adornadas.
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